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Ahora le toca el turno a Castro

La decisión del presidente de EEUU, Barack Obama, de levantar las restricciones de viajes y envíos de remesas a Cuba, ha sido bien acogida entre los exiliados cubanos en España, aunque aclaran que la llave para solucionar los problemas de su país sólo la tiene el presidente Raúl Castro.

el 16 sep 2009 / 01:34 h.

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La decisión del presidente de EEUU, Barack Obama, de levantar las restricciones de viajes y envíos de remesas a Cuba, ha sido bien acogida entre los exiliados cubanos en España, aunque aclaran que la llave para solucionar los problemas de su país sólo la tiene el presidente Raúl Castro.

Los exiliados cubanos confían en Obama, pero no en la familia Castro. "El problema en Cuba son Raúl y Fidel", señala el coordinador de la Unión Liberal Cubana (ULC), Antonio Guedes, quien indica que la decisión de EEUU de permitir que personas con hasta un tercer grado de consanguinidad puedan viajar libremente a la isla para visitar a sus parientes favorecerá a estrechar lazos entre familias y a que los cubanos de dentro conozcan realmente lo que es vivir en libertad y democracia. Guedes remarca que el presidente de EEUU es "un hombre de palabra" que ha cumplido las promesas que realizó durante la campaña electoral, "pero ahora es el Gobierno cubano el que tiene que hacer algún movimiento de apertura".

De hecho, Obama ha ido mucho más allá que otros presidentes de EEUU, ya que en la pasada V Cumbre de las Américas lanzó a Castro la oferta de diálogo más clara en 50 años.

Por ello, el coordinador de la ULC dice que Raúl Castro es el que debe mover fichas. "Tiene que suprimir la tarjeta blanca para salir del país, puesto que hay personas que por su profesión o edad no se les concede este permiso". A esta petición, Guedes añade la de autorizar a los profesionales que salieron de Cuba hace años regresar al país para ver a sus familias y que a los cubanos que viven en el extranjero y tienen otra nacionalidad no se les imponga sacar el pasaporte cubano para poder viajar a la isla, "porque resulta cinco veces más caro que obtener el pasaporte español".

Además, según Antonio Guedes, el Gobierno cubano debería renunciar al 20% que cobra del dinero que llega a sus ciudadanos del extranjero, "porque, de lo contrario, la medida de Obama sólo beneficiará a la Administración de Castro".

Más pesimista se muestra la directora de Proyectos de la Fundación Hispano Cubana, Grace Piney, quien afirma que los pasos de Obama "no servirán si el Gobierno de la isla no permite la propiedad privada y la libertad de expresión". Piney opina que el presidente de EEUU debería haber negociado con el Ejecutivo cubano la liberación de los presos de conciencia y exigido la transición a una sociedad de derechos.

Esta disidente afirma que a Cuba ya entraba dinero del exterior, pero con el levantamiento de la prohibición por parte de EEUU, el que realmente ganará "será el Gobierno cubano por el cobro de impuestos". El gran problema, remarca con indignación, es que Raúl Castro y su ejecutivo "están en un pedestal de arrogancia", y añade que para que realmente cambie algo en la isla es el Gobierno de Cuba el que tiene que actuar de verdad.

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