N.J. / M.J.F
Vecinos y comerciantes de la Barqueta cierran filas en torno el parque de los Perdigones, zona verde inaugurada en 2001 que Ayuntamiento desmantelará durante un año para construir en el subsuelo un aparcamiento. La idea no termina de convencerles. "Podían haberlo pensado antes. Es absurdo. Ahora que la zona está empezando a respirar un poco con el parque y la cámara oscura de la torre", exclamaba ayer Eloy, encargado del Kiosco-Bar Torre de los Perdigones, que abrió al público en octubre.
Igual de críticos se muestran los residentes de la comunidad vecinal de Nueva Torneo, próxima al recinto de los Perdigones. "Lo que está bonito lo desbarata. El alcalde nos ha salido albañil, siempre con el palustre en la mano", denunciaba Amparo Domínguez, vecina del bloque 9, que resaltó que el parking de la Barqueta será "poco útil" para los residentes", con plazas de garaje bajo los bloques. Sus declaraciones contrastan con la del presidente de la intercomunidad vecinal, Ubaldo Salazar, que sí reconoció la necesidad de un parking en la Barqueta. "Efectivamente hace falta más aparcamientos pero no aquí. ¿Por qué no en la Alameda que estaba hecho?", reprochó el portavoz vecinal.
Salazar aseguró además haber visto "hace unas semanas" a grupos de operarios "tomando mediciones" en el entorno del parque, por lo que descartó emprender movilizaciones: "¡Qué le vamos a hacer!", sentenció en actitud conformista.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Vecinos Barqueta-Renfe, Bernabé García, también rechazó de plano que el parque de los Perdigones vaya a estar cerrado durante un año. "Nuestra asociación y las del entorno lo vemos muy mal. Nosotros luchamos contra el asentamiento chabolista desde 1989 hasta 1993, con manifestaciones y actos casi todos los días y en 2001 logramos que se abriera el parque. ¿Y ahora nos lo quitan? Incluso nos dijeron que el aparcamiento se construiría, con cuatro plantas, en un solar que era de Renfe, pero luego lo cedieron a la Universidad de Sevilla. Tuvimos muchas reuniones con el Consistorio para concretar el proyecto", argumenta Fuentes, quien también apuntó que el Consistorio no les ha comunicado nada. "Esperamos explicaciones", apostilló.
Más optimista se mostraban algunas vecinas como Chari González, que confesó estar muy interesada en el nuevo aparcamiento subterráneo. "Si es para luego tener una ventaja. Adelante". Y hasta expuso sus razones: "En casa, tenemos dos coches y una sola plaza en el bloque. Por la noche cuando llego de trabajar tengo que dar varias vueltas hasta encontrar un hueco libre", explicaba esta vecina.
En esta misma línea estaban los responsables del bar Cervecería Macarena. Ellos están convencidos en que las obras no le pasarán factura, "por mucho que duren". Recordaban lo que habían dejado atrás: "No nos afectó cuando estaban las chabolas, por qué iba a hacerlo un año de obras. A falta de la habitual clientela de padres y niños, nos llegarán los obreros que trabajen en la zona", bromeaban Fran y el resto de camareros tras conocer la noticia del parking.
La Hermandad de la Macarena que, desde hace cinco años celebra aquí sus Fiestas del Rosario en otoño será otra de las afectadas. Su hermano mayor, Juan Ruiz Cárdenas, se mostraba confiado en que si les pillan los trabajos del aparcamiento, habrá que buscar un emplazamiento alternativo dentro del barrio. "No estamos dispuestos a perder nuestras Fiestas del Rosario, una celebración con fines benéficos -pues lo recaudado se destina a obras sociales- que es todo un acto de hermanamiento entre la hermandad y el barrio", aseveró Ruiz Cárdenas.
