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Ahora sí a la alianza de civilizaciones

Esta semana ha comenzado la retirada de las tropas norteamericanas de Irak. Con ello Obama da el primer paso para cumplir su promesa electoral y, de este modo, parece vislumbrarse el cumplimiento de las condiciones para sacar del cajón del olvido el ambicioso proyecto que en su momento auspiciara Zapatero...

el 16 sep 2009 / 05:14 h.

Esta semana ha comenzado la retirada de las tropas norteamericanas de Irak. Con ello Obama da el primer paso para cumplir su promesa electoral y, de este modo, parece vislumbrarse el cumplimiento de las condiciones para sacar del cajón del olvido el ambicioso proyecto que en su momento auspiciara Zapatero.

El objetivo de la Alianza de Civilizaciones es forjar una voluntad política colectiva para establecer un paradigma de respeto mutuo entre civilizaciones y culturas.

La Alianza se propone lanzar un movimiento que aglutine a la gran mayoría de los pueblos que no se identifican con el extremismo, con el fin de fortalecer la comprensión y el respeto mutuos, contrarrestar la influencia de los que median en la exclusión y pretenden tener el monopolio de la verdad y conseguir, de este modo, anular la amenaza que constituye para la paz y la estabilidad mundial la tendencia al extremismo en las sociedades.

¿Qué puede aportar en política de seguridad la alianza de civilizaciones? La consolidación de un orden internacional más justo, la promoción de la Democracia, la cohesión social y la protección de los derechos humanos son objetivos que esta iniciativa comporta. Igualmente, para asegurar la seguridad mundial y la concertación y cooperación internacional en la lucha contra el terrorismo se debe combinar la acción y la cooperación de todos los agentes implicados con actuaciones racionales que aborden también los factores que alimentan los radicalismos y la violencia.

Para ello, como estrategia de funcionamiento, se debe apostar por el multilateralismo eficaz, mediante la aplicación no discriminatoria de las resoluciones de las Naciones Unidas. La utilización de los instrumentos multilaterales de forma no selectiva, con la participación equitativa de todos los actores, para la solución de los problemas comunes, ayudará a la erradicación del uso ilegitimo de la fuerza como medio de resolver los conflictos.

¿Qué puede aportar culturalmente? Este ambicioso proyecto descansa en la promoción del diálogo de culturas, la profundización de los valores compartidos y el estudio y tratamiento de las amenazas comunes, el tratamiento adecuado de los flujos migratorios, la profundización de los modelos de integración cultural y en la prevención de los fenómenos discriminatorios y de violencia racial o étnica.

Como herramientas más eficaces para propiciar el acercamiento cultural se debe trabajar en dos ámbitos complementarios: la percepción del otro en los medios de comunicación como una vía de conocimiento exento de prejuicios; y la educación como forma de promover el diálogo entre las civilizaciones y prevenir la intolerancia y el conflicto. Para ello, tanto el intercambio de experiencias universitarias como el contenido de los programas y libros de texto en la educación escolar son herramientas imprescindibles para conseguir no sólo la alianza de civilizaciones sino la alianza global de ciudadanos.

El siglo XXI será, pues, de todos o quizá no llegue a completarse.

Profesor de Derecho Constitucional.

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