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Ahora sí, regiones devastadas

A las 9.30 horas, a mordiscos, una máquina de derribo empezaba ayer a echar abajo el primer bloque de Regiones Devastadas. Mientras los nostálgicos vecinos decían adiós a 52 años de vida, los responsables municipales anunciaban que casi la mitad de los 210 vecinos han mostrado su predisposición a ser realojados

el 05 oct 2009 / 19:17 h.

La piqueta entró ayer en Regiones Devastadas a primera hora de la mañana.

A las 9.30 horas, a mordiscos, una máquina de derribo empezaba ayer a echar abajo el primer bloque de Regiones Devastadas. Mientras los nostálgicos vecinos decían adiós a 52 años de vida, los responsables municipales anunciaban que casi la mitad de los 210 vecinos han mostrado su predisposición a ser realojados.


En quince días no quedará nada del número 12 de San Juan de la Cruz, el primero de los 18 bloques de Regiones Devastadas que se derribará para que el Estado, la Junta y el Ayuntamiento reconstruyan el barrio. Estos pisos de entre 40 y 60 metros cuadrados, de 1957, darán paso a edificios modernos y hogares más grandes. Eso sí, los realojos van lentamente y aún no hay fecha para que empiece la reconstrucción.


El siguiente bloque que caerá será el 10 de San Juan de la Cruz y, después, le tocará el turno a otros dos, si bien el delegado de Urbanismo, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, no quiso ayer precisar cuáles serán. El alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín; la delegada provincial de Vivienda, Rosario Ayala, y el delegado del Distrito Cerro-Amate, Francisco Fernández, tampoco se perdieron el histórico momento del inicio de la primera demolición.


Lo que sí está claro es que Emvisesa , por ahora, ha realojado a 22 familias (de las 210), a las que se les ha garantizado por escrito el mantenimiento de la renta que están pagando ahora -menos de dos euros al mes- y el compromiso de retorno en las mismas condiciones que el resto de vecinos. Ramón Carande, Pino Montano y Las Águilas son algunos de los nuevos destinos de estas familias. Según Gómez de Celis, alrededor de cien personas han mostrado su predisposición a mudarse, pero el proceso será lento porque se necesita el desalojo de bloques enteros para proceder al derribo. ¿Plazos? "Sin prisas, pero sin pausas", según el delegado de Urbanismo, quien recordó que todo depende de un análisis de la realidad social, económica y laboral del barrio. El concurso internacional de ideas para diseñar los nuevos bloques se convocará a final de año.


Al tiempo, los vecinos se arremolinaban ayer en la esquina del bloque 10 mostrando esperanza y temor. "Yo vivo en el número 6, cobro 150 euros y estoy recién operada de pulmón. No sé dónde me van a mandar", explicaba Dolores, quien reclamaba más información. Rosalía Romero, del número 8, lo tenía más claro: "Los vecinos que se han ido dicen que están muy bien y que pagan igual. Queremos irnos. Estos pisos no están para vivir, son muy pequeños y por mucho que se arreglen vuelven a agrietarse", argumentaba. Carmen Guerrero, del número 6, subrayaba que en su bloque -al igual que en el 8- sólo falta un vecino por aceptar el realojo. "Estamos deseando irnos, aunque nos da pena y no sabemos en qué condiciones volveremos", lamentó.

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