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Ahora toca las células madre

La decisión de un juez de Granada de aceptar la denuncia de una mujer gallega contra los investigadores del Banco Andaluz de Células Madre vuelve destapar la resistencia de los grupos más conservadores a cualquier iniciativa científica que rompa con la tradición.

el 14 sep 2009 / 20:49 h.

La decisión de un juez de Granada de aceptar la denuncia de una mujer gallega contra los investigadores del Banco Andaluz de Células Madre vuelve destapar la resistencia de los grupos más conservadores a cualquier iniciativa científica que rompa con la tradición. La denunciante pertenece a un colectivo ultracatólico amparado por el Foro de la Familia que dirige un antiguo colaborador de Aznar. Y aunque se entiende el derecho legítimo de cualquier ciudadano a denunciar aquello que considere delito es mucho menos comprensible cómo se puede aceptar la imputación desde un tribunal.

La denuncia carece de sentido legal ya que la investigación con preembriones está totalmente amparada por la ley que en su momento se aprobó en Andalucía. Así lo ha podido entender la magistrada sustituta del juez que la aceptó al decidir ayer que los investigadores no comparezcan en el juzgado "para estudiar antes más a fondo el asunto" y el origen de la denuncia. Inteligente decisión ante el ataque a una investigación puntera demandada por la sociedad por ser la única esperanza para miles de ciudadanos con enfermedades incurables y que tantos años ha estado vetada precisamente por aquellos que utilizan las creencias religiosas para impedir valiosos avances científicos que cuentan con todo el amparo legal y no atentan contra nada ni contra nadie. La investigación con células madre ha facilitado además a España recuperar a cotizados científicos como el propio Bernat Soria que ya no tienen que verse forzados a irse Singapur para desarrollar sus singulares aportaciones científicas. La decisión de apuntar especialmente a Andalucía responde precisamente al alto nivel de desarrollo y seriedad que tiene en la comunidad la investigación con células madre. No con fetos como dirían los ultracatólicos. Lo grave de aceptar una denuncia tan teledirigida como ésta es que puede acabar retrasando investigaciones que son vitales para la salud de miles de ciudadanos. Y al igual que ocurrió con la asignatura de Educación para la Ciudadanía unos pocos siguen atentando contra los intereses y decisiones de la mayoría. Ni un paso atrás por tanto ante los que se oponen a que la medicina y la sociedad avancen.

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