Economía

Airbus presume de familia

30.000 personas se dan cita en las plantas de San Pablo y Tablada.

el 14 nov 2010 / 20:20 h.

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Las colas no cesaron en toda la mañana de ayer para acceder al interior del A380, el mayor avión comercial del mundo, que llegó a San Pablo de Toulouse.

Hugo tiene cuatro años y, aunque ayer estaba malo, cualquiera le dejaba metido en casa. Se subió al A380 y preguntó que dónde estaban las tuberías que fabrica su mamá, que quería verlas.

Hugo fue uno de los casi 9.000 testigos privilegiados que pudieron contemplar de cerca las entrañas del mayor avión civil del mundo, aunque no eran como muchos se imaginaban. Ni asientos, ni revestimientos. En su lugar, bidones de agua para emular el peso y cableado a la vista.

Es el cuarto avión de pruebas A380, que llegó expresamente de Toulouse para compartir el Día de la Familia de Airbus Military. Aun así, no defraudó y se convirtió, junto al A400M, en el gran protagonista de la jornada. Las colas para acceder a él -el único que se podía visitar- así lo constataban.

Ni la lluvia ni el viento que se dejó sentir con fuerza, consiguieron quitar las ganas a los familiares de la plantilla de San Pablo y de Tablada de ver y tocar los aviones que allí se fabrican y de conocer mejor el trabajo de sus allegados. Las expectativas se superaron y, según fuentes de Airbus Military, en torno a 30.000 personas llenaron de vida las dos factorías sevillanas.

Las inclemencias del tiempo sí lograron, no obstante, deslucir uno de los momentos más esperados, la exhibición aérea. La lluvia, intermitente y suave hasta entonces, arreció en torno a las dos de la tarde, justo cuando comenzaron los despegues, aunque tanto el A400M, producto estrella de la casa, como el C295, hermano pequeño de la familia de aviones de transporte militar, pudieron alzar el vuelo.

También lo hicieron los dos C-101 de la Patrulla Águila del Ejército del Aire, aunque sólo una pasada para quitar ese regusto amargo de la meteorología, mientras que un caza Eurofighter de la base de Morón, con su estela ensordecedora, causó una gran sensación. Finalmente, el Saeta, que también iba a remontar el cielo sevillano, se tuvo que quedar en tierra.

Pero ése era el fin de fiesta. Desde las nueve de la mañana San Pablo y Tablada abrieron sus puertas y familias completas -desde niños de meses en carritos hasta los abuelos- comenzaron a ocupar los espacios de la factoría, que cuidó con esmero hasta el último detalle.

Talleres y juegos infantiles, castillos hinchables y todo tipo de actividades para los más pequeños de la casa, que no se cansaban de preguntar por los aviones, lo que sin duda, más llamó su atención.

Alrededor de 600 voluntarios ofrecían explicaciones de los distintos departamentos de la empresa, como Juan José sobre la estación 20, que es donde se montan los motores, las hélices y se reviste el interior del avión. Está rodeado de piezas que generan curiosidad, de qué está hecho, para qué sirve... "La familia -admite- está alucinada. Yo se lo explicaba o les enseñaba fotos, pero no se podían imaginar" el lugar en el que trabaja, ni esa nueva perspectiva de los aviones.

Nacho Lombo, que se encargó de pilotar el A400M y fue el copiloto en su primer despegue del que pronto se cumplirá un año, comenta que la familia está encantada de conocer su despacho y que las tripulaciones de las exhibiciones son de aquí para que sus allegados puedan disfrutar más de ese momento.

Reconoce que para el visitante la dimensión del A380 impresiona pero que también resulta tan atractivo verlo porque "en España se trabaja mucho en ese avión, pese a que parece que se hace todo en Francia".

Pero si había un sentimiento que ayer flotaba en el ambiente ése fue sin duda el orgullo. Padres, hijos, hermanos, abuelos... muy orgullosos de ver el resultado del trabajo hecho.

Como decía Antonio tras haber trabajado 45 años en la compañía, "siento una satisfacción increíble porque yo he puesto un granito de arena" en lo que hoy es y produce tanto San Pablo como Tablada. Y otros padres y madres que, con orgullo, contaban a sus hijos que esa pieza del avión pasa por sus manos y que sin ellos ese resultado no sería posible. "Eso lo he hecho yo", una de las frases más repetidas.

El presidente de Airbus, Tom Enders, visitó las plantas junto a su homólogo en Airbus Military, Domingo Ureña. Animaron a las familias a disfrutar de su día agradeciéndoles su apoyo y les cedieron todo el protagonismo. Enders lo había tenido la víspera, cuando saltó en paracaídas desde el A400M muy cerca de Sevilla.

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