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Aire

Como son unas elecciones europeas empecemos por ahí. Malas noticias: la abstención consolidada, el ascenso de la ultraderecha, euroescépticos y el voto a los antieuropeístas conservadores de Polonia, Irlanda, Holanda, Hungría, Dinamarca, no hace sino confirmar la peor de las hipótesis, en un momento en el que necesita más que nunca más Europa.

el 16 sep 2009 / 03:57 h.

Como son unas elecciones europeas empecemos por ahí. Malas noticias: la abstención consolidada, el ascenso de la ultraderecha, euroescépticos y el voto a los antieuropeístas conservadores de Polonia, Irlanda, Holanda, Hungría, Dinamarca, no hace sino confirmar la peor de las hipótesis, en un momento en el que necesita más que nunca más Europa. Los resultados en Irlanda son los más preocupantes, teniendo en cuenta que sólo dentro de unos meses, noviembre, ellos tendrán en sus manos el Tratado de Lisboa.

La única esperanza es que el PPE, la derecha europea, ganadora de las elecciones ante un desconcertado socialismo, vuelva a sus raíces europeístas. Ahora bien, si estas elecciones se han planteado en el estado español como prenacionales, llego a la conclusión que, a pesar del descenso del PSOE, el PP demuestra que no es capaz de distanciarse lo suficiente como para que, a pesar del aviso, el PSOE se pueda sentir demasiado incómodo. Ni la crisis económica, ni las torpezas reiteradas de destacados miembros del gobierno parecen suficientes para abrir un nuevo ciclo político. Por eso, de los elementos tradicionales de la astrología elijo aire; ni fuego, ni agua, ni tierra. ZP no está especialmente cuestionado y Rajoy tampoco particularmente apretado. Si acaso, la presencia de Mayor en cabeza de lista, con estos resultados, aprieta la consistencia del sector más nostálgico aznarista. Aire para los dos y no el temido fuego que amenaza con abrasar a uno y otro en su duelo electoral permanente por La Moncloa.

En Andalucía, sube el PP y baja el PSOE, IU apenas se mueve y la renovación andalucista-alejandrina sigue imparable a la desaparición. Sin embargo, las diferencias entre los dos grandes sigue siendo sustantiva y eso sin conocer elementos correctores que puedan valorar qué parte de la diferencia entre ellos se debe al castigo, al desinterés por Europa o a la incapacidad de movilización. En los casos domésticos de referencia, tanto en Madrid, como en Sevilla, los versos sueltos no auguran para el PSOE la mejor de las poesías.

Periodista. opinion@correoandalucia.es

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