Cajasur se ha visto de nuevo en la necesidad de quedarse con más ladrillo debido al impago de deudas por parte de promotoras inmobiliarias.
En esta ocasión ha sido Interbarajas, filial de la compañía cotizada Aisa, la que ha cargado a la caja de ahorros 315 apartamentos al carecer de la liquidez suficiente para afrontar el endeudamiento contraído.
La "venta", así definida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores -tiene la obligación de comunicar la operación al cotizar en bolsa-, se ha realizado por 61,9 millones de euros. Y las ganancias (contables, no en dinero) para la compañía han sido de 8,2 millones.
Fuentes de Cajasur indicaron a este periódico que ese importe corresponde al valor de los pisos que se ha tenido que quedar la entidad cordobesa que preside Santiago Gómez Sierra. Y todo se ha destinado a compensar la deuda de la promoción, que aún no está terminada. La entidad garantiza que los proveedores cobrarán, pues se ha reservado dinero a tal fin.
Este tipo de canje de créditos por casas está a la orden del día en los bancos y cajas después del pinchazo de la burbuja inmobiliaria.
El complejo que se queda Cajasur está situado frente al aeropuerto de Madrid-Barajas, junto a los recintos feriales de Ifema y a escasos metros del núcleo empresarial Pegaso Park.
