Que Cajasol perdiera en la cancha del FC Barcelona entraba en la lógica, pero hay maneras y maneras de perder y el Cajasol hizo justamente lo que su técnico declaró en la previa que no iba a hacer: “rendirse”, empezando por el propio Aíto que vio sin inmutarse cómo el Barça se escapaba en el marcador, cómo sus jugadores volvían a perder la brújula –como hacen en cada partido– y no se molestó ni en pedir un tiempo muerto. Para qué.
Los de Xavi Pascual comenzaron arrollando, aprovechando que Cajasol aún no había entrado en el partido, pero sin grandes alardes. La defensa cajista fue ajustando a las estrellas culés y consiguieron remontar del 8-2 inicial al empate a 13 tras un triple de Bogdanovic, el mejor anotador del encuentro y el jugador más valorado, con 19 y 19. Al final del parcial se llegó con empate a 15. El acierto del serbio no fue secundado por sus compañeros, sólo algo por Tepic, con cuatro puntos, mientras que Holland y Sastre volvían a hacer de las suyas, fallando cuando el Caja se podía poner por delante.
En los últimos partidos, las pájaras del Cajasol suelen llegar en el tercer cuarto, pero esta vez apareció al comienzo del segundo. El FC Barcelona le hizo un parcial de 14-4, para ponerse 10 por arriba (29-19) en el marcador tras un triple de Navarro pero, sorpresivamente, el Cajasol le devolvió con creces el parcial (0-13) tras ajustar de nuevo en defensa y afinando la puntería –de nuevo Bogdanovic–. Al descanso se llegó con ventaja sevillana (29-32) y la esperanza de que esta vez iba a ser, que la actitud del equipo había cambiado, que eran capaces de reponerse de esos minutos de ausencia que se repiten en cada partido. Pero no todos tiraban igual del carro y a los 15 puntos de valoración del serbio, se restaban los -7 de Holland –y van...–, o la puntuación también negativa de Balvin y Sastre.
Y llegó el temido tercer cuarto. La intensa defensa cajista desapareció y el FC Barcelona les barría de la pista con un parcial de 14-0 cortado por un triple de Satoransky. El Cajasol no volvió a levantarse, desde el banquillo no hicieron nada para frenar la sangría y el único tiempo muerto lo pedía el banquillo local para preparar la última jugada del cuarto que acabó 55-45.
Los 19 puntos de Bogdanovic no se incrementaron en el último parcial en el que Cajasol sólo perdió de cuatro porque el Barçá no necesitaba más. Con dos triples de Ingles y llevándose los rebotes en ataque, si acaso erraban el tiro, se acabaron de despegar en el marcador con una máxima de +17 (73-56), para concluir con 78-64. La actitud y las ganas de ganar hay que desmostrarlas en la cancha y el Cajasol ayer no lo hizo. Y en Bilbao no va a ser más fácil.