Cultura

Al borde de un ataque de premios

Tres sevillanos que han ganado el Goya recuerdan el gran momento y dan consejos a los candidatos de este año

el 08 feb 2014 / 22:03 h.

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JESUS CARROZACuando apenas quedan unas horas para que se conozcan los ganadores de los Goya 2014, la vigésimo octava edición de la gran fiesta del cine español, las ilusiones se disparan en la misma medida en que crecen los nervios. Estar a la altura de las circunstancias cuando se gana  y mantener el tipo cuando es otro quien se lleva el cabezón, parecen situaciones límite incluso  para profesionales de la interpretación con muchas tablas. Este año, una vez más, son varios los sevillanos que concurren a las quinielas en varias categorías –desde la doble candidatura de Antonio de la Torre a la nominación a Mejor canción original para Fernando Arduán–, y parece oportuno preguntar a la gente de cine que ya ha pasado por la misma situación qué sintieron en su día, y qué consejo darían a los paisanos que se enfrentarán esta noche a ella. Jesús Carroza, por ejemplo, era casi un niño cuando en 2006 se trajo en el AVE la estatuilla al Mejor actor revelación por su papel en 7 vírgenes, de Alberto Rodríguez. «Es una experiencia muy bonita, pero también muy complicada», asegura. «Sientes una alegría desbordante, pero los nervios no se aguantan fácilmente, y menos en mi caso, porque todo era nuevo para mí». Mientras oía desde su butaca su nombre entre los finalistas, Carroza sentía una extraña mezcla de emociones. «Alguna esperanza tienes siempre cuando estás entre los nominados, pero no quieres echarle mucha cuenta para no llevarte el palo... Y cuando dicen tu nombre, explota todo», recuerda. Eso sí, el joven actor subraya que ganar un Goya no es ni mucho menos la panacea. «El premio te valora y te da caché, pero después, como dice PilarBardem, hay 364 días en el año que no son de premios. Al principio crees que te van a llamar todos, pero yo me pasé dos o tres años sin que sonara el teléfono. Hice trabajos de mantenimiento, de electricista, hasta que volvieron a contar conmigo». 02-02-09. SEVILLA. Daniel ZayasPor suerte, el talento de Chiro, como le conocen sus amigos, ha vuelto a brillar en filmes de Jesús Ponce, Alberto Rodríguez y Daniel Monzón, e incluso de cineastas foráneos como Michael Radford y Steven Soderbergh. «Le deseo mucha suerte a todos los compañeros para esta noche», concluye. Otro sevillano, Daniel de Zayas, recuerda en cambio la noche que ganó un Goya como algo parecido a una pesadilla. «Lo pasé bastante regular», recuerda este prestigioso técnico, que se hizo con el galardón al Mejor sonido en 2009 junto a Jorge Marín y Maite Rivera por su trabajo en el filme 3 días, de Francisco Javier Gutiérrez. «Si ganando se pasa tan mal, me pregunto cómo tiene que ser perder», dijo en su día De Zayas a El Correo de Andalucía, y sigue sufriendo cuando trae a la memoria aquel instante. «Lo pasé bastante regular, los nervios me superaron totalmente. Pero con el tiempo, por supuesto, es una gratificación que te da mucha energía para seguir en esto», afirma. Su consejo para los candidatos de este año es muy simple: «Que se evadan cuanto puedan, y que le quiten importancia a ese momento. Desde luego que para tu carrera es buenísimo, pero no es nada a vida o muerte. Hay que tomárselo con tranquilidad», dice. «A los técnicos un Goya no nos da tanto caché como a los actores», advierte, «además no es cierto que te arregle la vida. Personalmente debo reconocer que me vino bien. Desde entonces no paro de trabajar, aunque antes de obtenerlo tampoco paraba», apostilla este profesional que tiene una impresionante filmografía donde figuran directores como Alberto Rodríguez, Santi Amodeo, Eduard Cortés, Paco León o Paco R.Baños, entre otros. «¿Consejo? Yo me llevé un bocadillo de chorizo, porque con tanto descanso te mueres de hambre», dice con buen humor Lucina Gil, la sevillana que se llevó el premio al Mejor corto documental en 2008 por  El hombre feliz. Eso sí, su noche también fue un poco más de terror que de gozo. «No disfruté de la gala en absoluto. Recuerdo muchos nervios en los previos, unos nervios que tenían algo de placentero, pero que estaban mezclados con la preocupación; no por mí, que desde que conocí la nominación ya me sentía en otro lugar diferente, sino por mi gente, que estaba toda pendiente». Respecto a la proyección laboral del premio, esta mujer de cine que compagina la dirección con su trabajo como actriz en cine, teatro y televisión opina que «el Goya puede ser una buena tarjeta de presentación para dar clases o conferencias, que es algo que me gusta. Pero sobre todo sirve para que los tuyos te quieran más, si cabe».

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