Creo que la matanza que se está dando en el temita de las elecciones al Consejo (ojo, no confundir con el de Don Juan en Estéril, sino al de Hermandades y Cofradías de Sevilla) no puede traer cuenta por el sueldo que sus componentes perciben una vez tomen posesión de los cargos, porque -digo yo- que 2.500 euros al mes, catorce pagas por año que todos los días 1 les ingresarán a sus miembros, no debe compensar tanto esfuerzo. Un trabajo tan mal pagado, si no es por exclusiva vocación y ánimo de servicio, no creo que compense.
Dicho esto, pido perdón por el abuso de confianza que me acabo de tomar contra la paciencia de los que llevan cinco años leyéndome, me desdigo absolutamente de todo lo que acabo de exponer: perdón, carísimos lectores, no estaba más que gastando una broma, pero, ciudado, una broma sólo en lo de los emolumentos, es decir, que los consejeros no cobran un céntimo, pero, en lo demás, me afirmo y me ratifico.
Escrito de otra manera, no puedo entender cómo tanto afán de servir a las cofradías, trabajar por ellas, robar horas a la familia, amigos y ocio puede suponer que la sangre esté llegando a la pezuña.
Orden señores, mucho orden, que cinco o seis puestas de chaqué al año, unas fotos en los periódicos por Cuaresma o Semana Santa, un jartón de cocletas (en cofradías no son croquetas) to lo meses y una reunión con el alcalde y el delegado de Fiestas Mayores, no debe merecer la pena y supera incluso a los USA en sus elecciones.
José María Font Ortiz es abogado.
