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"Al Cuco lo único que le queda por decir es dónde está el cuerpo de mi niña"

Antonio del Castillo y Eva Casanueva, los padres de Marta del Castillo, afrontan el próximo lunes el juicio a El Cuco con la esperanza de que empiece a hacerse justicia y de que finalmente se sepa dónde está el cuerpo de su hija.

el 20 ene 2011 / 19:22 h.

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Eva Casanueva y Antonio del Castillo aseguran que con El Cuco "sobran las palabras".

El lunes comenzará el primer juicio por el crimen de Marta del Castillo, justo el mismo día en que se cumple el segundo aniversario de su desaparición. Sus padres, siempre amables y atentos con la prensa, están esperanzados en que El Cuco, al menor implicado en el crimen de su hija, diga dónde está el cuerpo. Con más ánimo, nos reciben en su casa donde no hay rincón sin una foto o un recuerdo de Marta. Junto a su retrato nunca falta una vela encendida.

-Dos años sin Marta y llega el primer juicio por el crimen. ¿Cómo lo afronta la familia?

-(Antonio) Estoy deseando que llegue el juicio y ver la cara de este individuo, que en dos años ha tenido tiempo para pensar. A ver si de una vez por todas dice la verdad y acabamos con esta incertidumbre. Además, no lleva a nada bueno ocultar el cuerpo, no sé por qué ese afán, cuando lo que ha hecho es empeorar la situación. Si lo que ha pensado es que sin cuerpo no hay delito, le han contado una milonga y se la ha creído.

-¿Hubieran preferido que la vista comenzara en otra fecha que no coincidiera con el segundo aniversario?

-(Antonio) Me da igual, de todas maneras para mí el día 24 no hay nada que celebrar. Cuanto antes mejor. (Eva) Al principio te choca, pero a ver si por lo menos se acuerda de lo que hizo hace dos años y que se le quede grabado que empezarán a juzgarle el mismo día en el que hizo lo que hizo.

-¿Y qué esperan de este primer juicio?

-(Antonio) Espero que diga la verdad, que haya recapacitado en este tiempo, pues no le va a llevar a nada favorable que el cuerpo no haya aparecido.

-¿Cómo es su día a día tras dos años sin Marta, han logrado la normalidad?

-(Antonio) La normalidad nunca ha llegado. (Eva) La normalidad es entre comillas. Porque me siento que sobrevivo con una pena muy grande, pero tengo que sobrevivir por las dos niñas e intentar que el ambiente que haya en casa sea lo más favorable posible para que ellas vayan madurando esa adolescencia que les ha tocado vivir, por desgracia, y que les afecte lo menos posible.

-Como acusación piden la pena máxima para el Cuco...

-(Antonio) Pues sí, pero la pena máxima es ridícula, porque un asesinato no tiene precio, ni de dinero, ni de años, ni de nada. Lo que nos da la Justicia son migajas y tenemos que coger lo que la Ley nos da, no lo que nos gusta. (Eva) No es que te conformes ni que veas que esa condena sea lo justo, pero claro... (suspira).

-¿Temen que sea absuelto?

-(Ambos) No, no. (Antonio) Creo que no. No lo podemos afirmar al 100%, pero en un 99% sí. Con las pruebas que hay y las confesiones que ha hecho será condenado. (Eva) De absuelto nada. A él lo único que le queda por decir en el juicio es dónde está cuerpo de mi niña.

-¿Están convencidos de que hay pruebas suficientes?

-(Antonio) Sí. Con la declaración de él y la que hizo su amigo, su querido amigo Miguel... Casi pondría la mano en el fuego, pero no puedo porque no estoy en la piel del juez.

-¿Piensan que en el caso de que sea condenado, y con medidas educativas y sociales, podría algún día arrepentirse y reinsertarse de nuevo en la sociedad?

-(Antonio) No creo en la reinserción tal y como está planteada en este país, porque es una utopía. Es una palabra que queda muy bien ante los medios y en la Constitución. Para eso hay que gastar dinero, pero el Gobierno no se gasta dinero en la Justicia porque no genera dinero. (Eva) Si en dos años este individuo no ha tenido la buena conciencia para contar la verdad, qué se puede esperar de él. Si un niño de 15 años es capaz de cometer estos delitos difícilmente puede reinsertarse. No estamos hablando de un niño que roba una cartera, sino de un individuo que ha violado y matado a sangre fría a una niña de 17 años. (Antonio) Y qué esperas de los padres, que le ayudan a incumplir la orden judicial. La reinserción debe empezar por estudiar a los padres y si no son convenientes, pues que se les retire la custodia. Después, que el Estado invierta en medios, pero eso vale dinero y aquí no se gasta dinero si no genera dinero.

-¿Nunca se arrepentirá?

-(Eva) Si después de dos años... Vamos a ver lo que pasa en el juicio, pero si después de dos años este individuo no ha dicho nada, difícilmente se podrá arrepentir.

-Si vieran al Cuco antes de comenzar el juicio, ¿qué le dirían?

-(Antonio) Es que a ese individuo no le iba a hablar, se lo diría todo con la mirada. Muchas veces la mirada dice más que las palabras. No me iba a rebajar a dirigirle la palabra. (Eva) Este niño sabe perfectamente lo que los padres de Marta quieren y lo que necesitan. Aquí sobran las palabras, sobra el que nosotros le pidamos, le supliquemos. Eso es absurdo. Sabe perfectamente lo que necesitamos. Qué más le podemos decir, nada.

-¿La verdad de lo que realmente ocurrió aquella noche aún está por descubrir?

-(Antonio) Como desgraciadamente no tenemos el cadáver me quedo con las pruebas físicas: restos de ADN mezclados, una navaja encontrada donde dijeron, la alargadera también la encontraron, el tensiómetro... (Eva) A mí me hubiera gustado quedarme con la versión menos dolorosa para nosotros, la del cenicero. Es más cruel tenerte que quedar con una versión en la que violan y estrangulan a una hija tuya.

-¿Están convencidos de que aunque el cuerpo no haya aparecido puede haber una condena por asesinato?

-(Antonio) Sí, sí. De hecho, ya hay un antecedente en España, como es el de Publio Cordón.

-¿Podrán descansar cuando tengan una sentencia condenatoria en la mano?

-(Eva) Mientras no aparezca Marta, no. (Antonio) Satisfechos no vamos a quedar nunca con una sentencia ridícula. La Justicia es deficiente y para que sea efectiva la Ley del Menor tiene que cambiar. (Eva) Si a este menor lo condenan a seis años nos quedaremos con el dolor de pensar que la vida de mi hija y su sufrimiento valen seis años sin libertad. Eso duele.

-¿Albergan aún la esperanza de que el cuerpo aparezca?

-(Antonio) Sí, siempre. (Eva) La esperanza nunca se va a perder, pase el tiempo que pase. (Antonio) Pasaremos la vida buscándolo si hace falta. Buscaremos y tengo... [suspira y calla]. (Eva) Si no nunca podremos cerrar ese capítulo. (Antonio) Tengo la corazonada de que lo encontraremos, alguna vez lo encontraremos. Aunque no sea con la ayuda de ellos, claro.

-¿Si algún día si se produce una sentencia condenatoria dirán dónde está el cuerpo?

-(Antonio) No lo sé, porque esta gente tienen dos neuronas: una para dormir y otra para comer. ¿Y si con los años siguen mintiendo? La triste realidad es que estamos a su merced por unas leyes inadecuadas, que amparan el mentir. (Eva) ¿Cuánto gasto ha habido? ¿Y el riesgo de tantas vidas de profesionales que han estado buscando a mi hija? No me vale que se diga que es su trabajo, no, porque su labor no es meterse de fango hasta el pecho y arriesgar su vida por la mentira de un individuo. Si tal y como va mintiendo se le aumentara la pena, ya pensarían si mentir. (Antonio) El ministro de Justicia dijo que él mentiría si fuera necesario, son sus palabras. (Eva) Fue una vergüenza escucharlo, porque es dar rienda suelta a las personas con malas intenciones.

-Se llegó a ofrecer una recompensa por una pista válida. ¿Cómo vivieron aquellos días?

-(Antonio) Con esperanza. Lo que pasa es que salieron los abogados advirtiendo de que a quien hablara se le podía acusar de encubrimiento. Si alguien sabía algo, con esas palabras, viniendo de un abogado, se asustó.

-Y dos años después, ¿aún sigue sonando el teléfono de casa para ofrecer alguna pista?

-(Antonio) Todos los días. (Eva asiente) Pero más que nada son videntes. Bueno y algún chalado que llama y se queda escuchando el teléfono. Llaman y se quedan escuchando y ya está...

-A Marta se le ha buscado en muchos lugares, ¿creen que podría estar en algunos de estos lugares y no ha sido encontrada o que Miguel ha mentido en todas sus versiones?

-(Antonio) Todos han estado mintiendo, hasta la niña de Camas. (Eva) Después de tanta mentira, ¿con qué te quedas? Tuvieron mucha suerte porque desde el primer momento estábamos buscando a la niña. O mucha suerte o mucha ayuda, ya no sé qué pensar. (Antonio) Los primeros momentos fueron claves, pero no se cumplió el protocolo de menores, porque creyeron que era una niña de 17 años que sale de marcha y llega tarde o vuelve al día siguiente.

-La investigación se ha dado por cerrada. Además del cuerpo, ¿falta algo o alguien más?

-(Ambos) Falta Marta. (Antonio) Falta el cuerpo de mi hija, eso es primordial, es esencial. Puede que falte alguien más, pues sí. Seguramente falta alguien más o puede ser que a alguien se le debería inculpar de algo más y por eso no dicen dónde está.

-¿Se está demorando demasiado el juicio a los adultos?

-(Eva) Sí. (Antonio) El juez de Instrucción en nueve meses cerró la investigación. Trabajó mucho y muchas horas para hacer un trabajo rápido y eficiente y después a causa de los trámites y los recursos levamos ya dos años y todavía no se ha solucionado.

-¿Qué les parece que tres productoras tengan que pagar 6.000 euros a la menor de Camas por salir en televisión?

-(Eva) De vergüenza. (Antonio) Va en la línea del país, que protege la mentira y da dinero a quien miente. (Eva) Ella no fue obligada y si a ella la indemnizan con X, que a los padres les multen con X al cuadrado. (Antonio) Sin embargo han salido en los medios fotos de mi hija cogidas del Tuenti y ¿se ha escuchado algo de la Fiscalía? (Eva) ¿De la defensa de los derechos de mi hija? Como está muerta no se puede defender.

-Contra el menor solicitaron una orden de alejamiento. ¿Lo harán con el resto de imputados?

-(Antonio) Espero que los adultos estén donde deberían de estar. Con eso nos damos por satisfechos.

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