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Al extranjero por su talento

María, Ignacio y Nuria han recibido una beca Talentia, un aprendizaje de excelencia que impulsará su carrera.

el 23 jul 2011 / 18:32 h.

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María García-Junco, Nuria Gómez e Ignacio Gordillo estudiarán fuera con una beca Talentia durante meses y luego trabajarán al menos cuatro años en Andalucía.

Se podría decir que están haciendo las maletas: comprando los vuelos, resolviendo los últimos papeleos y preparándose mentalmente. Porque estos chicos se van. María García-Junco, Ignacio Gordillo y Nuria Gómez son tres de los 43 jóvenes andaluces que han recibido una beca Talentia de la Junta de Andalucía para cursar estudios de postgrado en el extranjero. "Estamos contentísimos", coinciden los tres. Y no es para menos.

Si algo tienen en común María, Ignacio y Nuria es que estudiaron en Sevilla, saben idiomas y acumulan varios años de experiencia laboral. Poco más. Pero sus perfiles, completamente distintos, han sabido ganarse una beca que va a financiar sus estudios en algunas de las mejores universidades del mundo.

María tiene 28 años, estudió Derecho y trabaja en un bufete de abogados de Sevilla. Se trata, dice, de un bufete pequeño en el que está en condición de autónoma. Pero ella quiere hacer carrera y sabía que su objetivo pasaba por especializarse y, sobre todo, por hacerlo fuera de España. "Quería hacer un máster muy específico, sobre cambio en la empresa y productividad, y lo he encontrado en Manchester".

Con el vuelo reservado y la residencia contratada, sólo le queda esperar a septiembre. La que va a ser su universidad es una de las mejores de Europa y de antemano sabe que va a compartir aula con alumnos procedentes mayoritariamente de China e India. "Conocer gente tan distinta es una de las grandes ventajas".

Y no sólo para poder viajar a otros países. También, como recuerda Ignacio, para entablar una buena red de contactos. Él, que se va a vivir muy cerca del centro económico y administrativo de Europa, quizá los vaya a necesitar en el futuro. Ignacio tiene 32 años, dos carreras, Económicas y Derecho, y mucha suerte. Su mujer lo va a acompañar en su aventura holandesa porque va a realizar un proyecto de investigación en Leiden, la misma ciudad donde él va a estudiar un Máster de Tributación Internacional. "Hemos tenido muchísima suerte, casi no me lo creo. Aunque si no me hubieran dado la beca también me hubiera ido, hubiese buscado una alternativa, como un préstamo, pero la beca es un gran alivio económico".

Lo que le gustaría a Nuria es poder hacer lo mismo que Ignacio e irse acompañada, aunque su logística es un poco más difícil. Tiene 34 años, está casada y tiene tres hijos pequeños, de cinco, cuatro y un año y medio. Por eso su caso es un poco especial. No va a dejar todo para irse al extranjero sino que estudiará un máster para ejecutivos en París durante cuatro días al mes. "Me hubiera encantado irme con mi marido y mis niños, pero es imposible". Nuria es ingeniera de telecomunicaciones en una gran empresa y se va a estudiar a Francia, el país de su madre, porque es la única manera de acceder a un puesto directivo en su compañía. En su caso, al seguir trabajando, la beca no le cubre la estancia, sólo la matrícula del máster, que por sí sola asciende a 57.000 euros.

El presupuesto destinado a la primera convocatoria de becas ha sido de unos dos millones de euros. De las 150 becas convocadas sólo se han otorgado 43; es decir, más del 70% han quedado desiertas. Desde Talentia aseguran que sólo los 43 afortunados cumplían los requisitos del comité de admisión. Aunque en Internet se ha desatado cierta polémica ya que los solicitantes no terminan de entender estas cifras.


Sólo queda un interrogante: ¿Y después qué? Al aceptar la beca, se comprometen a trabajar en Andalucía al menos cuatro años a su vuelta. "Es normal, lo están pagando con dinero público de los andaluces", opina Nuria. "Aunque puede llegar a ser contraproducente", señala María.

Para ellos, hacer una carrera de éxito en Andalucía no va a ser fácil. "Es triste que existan tan pocas posibilidades para gente con formación", explica Ignacio. "Y sobre todo, que no se valora el esfuerzo. Si la sociedad termina valorando el talento y el mérito, encajaremos".

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