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Al final, sólo son tres puntos más

Por una vez, y en plena Cuaresma, Dios se puso la casulla verdiblanca de los sábados por la noche.Y, ante un Madrid de morado, el Betis levantó un partido que habría perdido cualquier día, ante cualquier otro rival, en toda circunstancia. Quedan el aviso y la recordatoria: sólo son tres puntos más.

el 15 sep 2009 / 00:15 h.

No cabe decir lo que tantas veces en estos casos: "Si se hubiera jugado así todos los días?" No, porque en el primer tiempo, el Betis vino a jugar más o menos casi como todos los días, y ya sabemos lo que eso significa: vías de agua en defensa a babor y estribor, con distancias exasperantes en repliegues y ayudas. Encima, marcó Drenthe. Y además, Robben y Baptista fallaron lo que otras veces metieron muchos rivales del equipo verdiblanco. Perdonando y ganando, el Madrid no necesitaba mucho más para relajarse, se relajó, y en dos andanadas, el Betis llegó ganando al descanso. Parecía increíble. Era cierto. Si alguien quiere más explicaciones, que hablen Michel Salgado, Marcelo, el gran Guti y, sobre todo, Edu.

Pero, si algún jugador de Chaparro mostró diferencias sobre otros días aciagos, ese fue Mark González, en partido y rival ideales para la motivación de hombres como el chileno. Con la subida de nivel de Mark, el Betis ganó una impensada unidad de combate. A González sí cabría decir eso: "Si hubieras jugado así todos los días?", pero tampoco merece mucho más la pena. El detalle es que el crecimiento de Mark como tercer peligro en ataque facilitó la apertura de espacios y desdobles para Edu y Pavone. Ello, contando con el relajamiento madridista del que Guti ofreció el mejor ejemplo en la jugada del 1-1. Hablando de Guti y Raúl, Luis Aragonés debió ser anoche del Betis como muy pocas veces en su vida, desde 1963-64 hasta aquí?

Entre la sensación de grandísimo triunfo con efectos balsámicos, se ve claro que, esta vez, el Betis tuvo suerte en la suma de pequeños detalles y efectos de fortuna: el fallo brutal de Robben en lo que valía el 0-2, el desenganche de Guti, el apagón de Raúl (sin gol, es medio jugador), los dos goles del Betis, rayo y centella, en la antesala del descanso. El que quiera contar hazañas bélicas, que se tiente la ropa y mire la clasificación. Son tres puntos que saben a gloria, pero no son más de tres.

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