El notario habitual de esta trama fraudulenta llegó a enviar a alguien de su despacho al hospital para que consiguiese un poder notarial de un enfermo para poder continuar con la transacción, ya que el hombre había sufrido un derrame cerebral en la propia notaría el mismo día que debía firmar su hipoteca. "Eso da idea de la falta de moral de estas personas", consideraba ayer el jefe del grupo de Delitos Económicos.
La notaría no logró el poder porque cuando esta persona llegó al centro sanitario la víctima estaba en coma. Falleció el 24 de diciembre.
Aunque la implicación del notario aún no está probada -"estamos en ello"-, decían ayer los investigadores, todo parece indicar que colaboró con la red, porque autorizó "el 95%" de operaciones al menos sospechosas, en las que clientes de financieras recompraban su propia casa, y a precios astronómicos. "Un mal día lo tiene cualquiera, pero tantos días malos...", censuran los policías.
