¿Por qué ocurrió el terremoto en Chile?
-Por un movimiento de placas tectónicas en el pacífico. Se ha liberado una energía acumulada desde 1835. Desde entonces no había una liberación tan importante.
-¿Entonces se sabía que podía ocurrir?
-Sí, ha sido un terremoto previsible porque sabíamos que podía ocurrir, pero la ciencia no alcanza aún a determinar cuándo ocurrirá exactamente. Los terremotos no se pueden pronosticar con día y hora.
-Las construcciones en Chile deben cumplir ciertos requisitos contra los seísmos. ¿Sin éstos, hablaríamos ahora de una desgracia de mayor calado?
-Sí, por supuesto. Estas normas las tienen todos los países occidentales. En España también, pero que se cumplan o no depende del control de las autoridades de cada país.
-Y el posterior tsunami, ¿por qué se formó?
-Cuando un terremoto tiene su epicentro en el fondo marino se genera una perturbación en el mar que avanza con un efecto parecido al que ocurre cuando tiramos una piedra al agua.
-Entonces este fenómeno sí era esperado...
-Claro. El problema es que se le dio poca importancia y se desactivó finalmente la alerta. Hubo una mala información y se le restó importancia al tsunami cuando la ola tuvo más de diez metros de altura.
-¿Este terremoto guarda relación con el de Haití?
-Ninguna. Cada territorio tiene unas condiciones particulares y estos dos países están en placas tectónicas distintas. De todas formas, sepa que terremotos hay cada día en todas las partes del mundo.
-¿Se puede hacer algo para sobrevivir si nos vemos sorprendidos por un terremoto?
-Normalmente el dintel de una puerta es la zona más firme. También es bueno colocarse debajo de una mesa pero en seísmos tan potentes como el Chile seguramente las personas no podrían ni moverse.
-¿En España estamos muy expuestos a estos fenómenos?
-La zona occidental de Huelva y el Algarve portugués son las que tienen mas probabilidades de sufrir un terremoto con epicentro en el mar y un posterior tsunami. Habitualmente ocurren con una magnitud de seis grados, pero la señal que llega a la Península Ibérica es muy débil. El último más fuerte que se sintió en Sevilla fue el ocurrido en Lisboa en 1755.
