Daniel Blanco
Marina Alabau se quedó a las puertas de conseguir la medalla de bronce con su tabla RS:X, se tuvo que conformar con un diploma, por lo que las únicas opciones que le queda al equipo español de engrosar el medallero pasa por lo que hagan Fernando Echávarri y Antón Paz en Tornado, clase en la que ayer se pudo haber asegurado una medalla.
La regatista sevillana ha realizado un torneo brillante pese a que las condiciones de viento de Qingdao no se ajustan en absoluto a sus características físicas.
Se ha mantenido durante muchas jornadas en el tercer puesto. Su regularidad en los resultados, pese a no haber ganado ninguna prueba parcial, la mantuvo con opciones claras de subir al podio hasta el mismo final de la competición.
Tan sólo tuvo dos fallos, en la sexta regata, en la que fue undécima, y en la décima, en la que sumó un noveno.
La sevillana lo intentó en la medal race. Buscó con ganas el imponerse y esperar un pinchazo de sus rivales. Fue primera en los dos primeros tramos, pero según fue bajando el viento sus opciones fueron disminuyendo.
Tan sólo queda por terminar el Tornado y el Star. En la primera de ellas Fernando Echávarri y Antón Paz son, sin lugar a dudas por calidad y palmarés, los mejores en Qingdao.
Han dominado la clasificación general el noventa por ciento de los días y ayer, con tres regatas a disputar, pudieron haber asegurado matemáticamente una medalla. Pero, el séptimo de la primera manga y, sobre todo, el octavo de la tercera, les obliga a esperar el resultado de la regata por las medallas, donde llegan con tres puntos de ventaja sobre los australianos Darren Bundock y Glenn Ashby, ocho sobre los argentinos Santiago Lange y Carlos Espínola y dieciséis sobre los alemanes Johannes Polgar y Florian Spalteholz, únicos en disposición de amargarles la existencia.
