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Alcalá de Guadaíra despide su feria tras recibir 220.000 visitas

La feria se despidió ayer con una lluvia de fuegos artificiales y, además, un torrente de visitantes, que en el último día se calmaron para despedir la fiesta del recinto ferial de San Juan.

el 16 sep 2009 / 03:55 h.

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La feria se despidió ayer con una lluvia de fuegos artificiales y, además, un torrente de visitantes, que en el último día se calmaron para despedir la fiesta del recinto ferial de San Juan. Y, como final de fiesta, llegó el balance realizado por el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, que fue "muy positivo", tras confirmar la asistencia de 220.000 personas que, pese a ser un 16% inferior a la cifras de 2008, es sin duda el segundo mejor registro de los últimos años.

El concejal de Fiestas Mayores, Enrique Pavón, se mostró ayer muy satisfecho porque la feria, un año más, transcurrió sin incidentes, algo que asocia "a una buena planificación y los 200 efectivos que velaron por la seguridad del recinto ferial estos días".

Como marca la tradición del último día, muchos caseteros aprovecharon para recoger, mientras que otros apuraban las últimas horas degustando un rebujito para sofocar el intenso calor que hizo ayer, en contraste con la fría noche del pasado jueves.

El recinto ferial estuvo tranquilo todo el día. Sólo en el centro, junto a la caseta municipal, podía verse ayer algo más de ambiente, sobre todo porque muchos aprovecharon para ver pasar los carruajes que participaron en el, cada vez más concurrido, concurso de enganches y caballistas.

De hecho, para saber lo que se cocía en el real bastaba con dar un vistazo a los aparcamientos libres que quedaban en las áreas habilitadas: apenas unos 20 vehículos podían verse en el P1, que estuvo lleno en jornadas previas. Fue un fin de fiesta más bien flojo si no fuese por la otra feria, la de la explanada de los cacharritos. Los pacientes padres acompañaban allí a sus hijos para que se subieran en las atracciones antes de que hoy las desmonten.

También había ganas de visitar los puestos de bisutería y de turrones y garrapiñadas, que este año compartieron protagonismo con los largos regalices. Eso sí, lo cierto es que algún vendedor recogió su puesto antes de tiempo por la falta de clientela y el mal tiempo del pasado sábado.

Con ese clima llegó el cierre, que se produjo una hora antes de lo habitual, a las 23.00 horas, "para que los alcalareños puedan descansar un poco más", según fuentes municipales. Y, con los fuegos artificiales, se puso el broche a una feria que comenzó con críticas por el cambio de fecha y que terminó como siempre: con fiesta, alegría y mucha gente.

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