Alcalá del Río enseña su historia

Cinco hitos patrimoniales abren sus puertas al precio simbólico de un euro.

Un momento de las visitas a la torre mudéjar. Un momento de las visitas a la torre mudéjar. La Carmonista, una de las campanas de la torre mudéjar de Alcalá del Río, no sabe por qué se llama así puesto que no mira para Carmona. Mira hacia el río en dirección a su desembocadura, “pero puede que la hiciera un carmonero”, apunta el presidente del Instituto de Estudios Ilipenses, Julio Velasco. A su lado está la Matraca, “que solo se toca los Viernes Santos porque ese día está prohibido el repique de campanas”, y así hasta las seis que coronan la torre, emblema de la localidad, algunas de ellas desde el siglo XVIII. La escalera es angosta y el grupo que visita el monumento debe subir 96 escalones entre penumbra y algo de claustrofobia. Da miedo, por lo que alguna mujer afirma que ve difícil “que vuelva a subir”, entre las risas del resto. Pero el momento es una aventura hacia el pasado gracias al legado del que se disfruta en el presente. Una vez en la azotea, la vista desde los 25 metros de altura se reparte entre la Vega del Guadalquivir y el amasijo de casas y calles de la que fue Ilipa Magna. La vista alcanzaba otrora desde ahí al vado de las estacas, “único paso natural del río en época romana”, cuando solo existía “el puente de Córdoba” para pasar andando de una a otra orilla, señala con el índice Julio seguido de las miradas de todos. Entre esta y otras historias han estado enfrascados los vecinos y visitantes que han acudido a las primeras Jornadas de Patrimonio del municipio. Por el simbólico precio de un euro se podían visitar alguno de los cinco hitos patrimoniales fundamentales, cuatro euros el bono completo. Las opciones: la Iglesia de Santa María de la Asunción, la torre mudéjar, la capilla de San Gregorio de Osset, el centro de interpretación de la muralla romana y los museos de las hermandades de la Vera Cruz y la Soledad. Además, “se ha puesto en valor el patrimonio intangible de la localidad”, como la música del órgano de la Iglesia tocado por las manos de la alcalareña Soledad Ramírez, apunta el técnico de Cultura local, David Ruiz, y “una obra teatral en la Plaza de España”, que tiene casi las mismas privilegiadas vistas de la torre con un majestuoso balcón hacia el río. A estos recursos patrimoniales suma la aparición del mosaico romano de 24 metros cuadrados que ha generado “una gran expectación y colas en la calle” para contemplarlo. Esta iniciativa parte del Ayuntamiento con la colaboración del Instituto de Estudios Ilipenses, las hermandades y la parroquia y nace con la vocación de convertirse en la gran cita anual con la historia de Alcalá del Río.

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