El desfile de carnaval desbordó ayer las calles de Alcalá de Guadaíra. Más de 35.000 personas se dieron cita en un pasacalles que inundó de colorido y diversión las calles del centro.
Quien diga que el carnaval de Alcalá de Guadaíra no tiene vida en las calles se equivoca. Este año la fundación lo ha demostrado y el carnaval tiene más vida, más buen humor y más desparpajo e imaginación que nunca.
En torno a las cuatro de la tarde llegaron al Zacatín los primeros disfraces y carrozas dispuestos a animar la celebración. La asociación de vecinos Plaza de los Niños fue una de las primeras en llegar y, para hacer honor a su nombre, iba completamente llena de niños disfrazados de sanfermineros y con un gran toro sobre la carroza. Lourdes Rodríguez, autora del diseño, aseguró que "han sido muchos días de trabajo que han dado sus frutos gracias a la ayuda de los vecinos".
Como ésta, otras muchas carrozas se fueron incorporando poco a poco hasta componer un séquito compuesto por más de 20. Pasadas las cinco de la tarde la comitiva emprendió su camino hacia el centro con un ligero cambio en el recorrido por las obras de la calle Silos iniciadas la pasada semana.
despacio. Una multitud tomó el centro de la ciudad, desde la zona del Paraíso hasta la Plazuela. Más de 35.000 personas asistieron a una fiesta, componiendo un desfile que llegó a tener kilometro y me dio de longitud. El desfile llegó a tardar hora y media en pasar por la calle La Mina.
Los disfraces de los políticos y los relacionados con la crisis económica fueron los más aplaudidos, junto a originales carrozas, músicos, enormes dragones... y sobre todo las sonrisas de los espectadores por las ocurrencias de los disfraces. A cada paso había un grupo cantando coplas, con sus instrumentos, con cientos de espontáneos fotógrafos captando las más originales imágenes. Familias enteras y sobre todo niños, muchos niños, que fueron quienes más disfrutaron. Pero también había abuelos y abuelas, disfrazados magistralmente, reviviendo sus años mozos.
Ya en la tarde del viernes, la Fundación de Carnaval había preparado una completa programación dedicada a los más pequeños de la casa que protagonizaron su propio desfile desde el Paraíso al Parque Centro.
"Hemos tenido desfiles de carrozas, animación en la calle e incluso un espectáculo final a cargo de un grupo de payasos", explicó su presidente, Antonio Casal. "Llevamos varios años intentando recuperar la tradición carnavalera infantil y lo estamos consiguiendo". Un año más, Alcalá de Guadaíra supo divertirse y lo hizo a lo grande.