Rota está gobernada por el PP y por Roteños Unidos. Esta semana se ha cerrado el reparto de poderes. La alcaldesa popular, Eva Corrales, es más joven que su socio de Gobierno, el independiente Lorenzo Sánchez, que fue regidor desde 2003 a 2010. Pero ambos han acuñado una frase que destila cierta testosterona, una especie de orgullo por tener el bastón de mando apoyado en un destructor norteamericano: "Soy consciente de que esto no es una fábrica de muñecas, por suerte. Rota es la puerta militar al Mediterráneo", repite la alcaldesa para hablar de la base naval. Corrales escuchó por la radio a Zapatero anunciar que el escudo antimisiles de la OTAN se instalaría en su pueblo, y enseguida se puso a hacer cálculos. Esta semana, los grupos municipales en el Ayuntamiento se han puesto de acuerdo en hacer llegar al Gobierno una lista de preguntas sobre la repercusión socioeconómica que tendrá en el pueblo la base americana, con la que conviven desde 1953. Prácticamente son las mismas preguntas que les han trasladado sus vecinos, los empresarios, los taxistas, los dueños de las tiendas y bares desde que se conoció la noticia. Todos están inquietos por saber cómo prepararse para la llegada de los americanos. "El presidente ha sido el primero en generar expectativas e ilusión en mis vecinos. Tengo que saber cómo gestionar el impacto socioeconómico de la base. Tenemos empresas municipales que pueden ir preparándose, formando al personal, pero para eso tenemos que saber el perfil profesional que necesitarán en la base, si podrán contratar fuera del recinto o si traerán a su propio personal de América", dice Corrales. La alcaldesa confía en que Rota sea la gran beneficiada, y que la sinergia se extienda a toda la Bahía de Cádiz. "En especial será un balón de oxígeno para Navantia, porque podrá asumir la reparación y el mantenimiento de los buques", dice.
