Pese a los nueve kilómetros que separan la iglesia de la Beata Ana María de la Puerta de Palos de la Santa Iglesia Catedral, en el Parque Alcosa saben bien de la tradición más sevillana, y es que la hermandad del Divino Perdón cumplió ayer su décima salida procesional por las vías de su lejano barrio.
Presidida por un sol de justicia, cientos de vecinos se arremolinaron junto a la hermandad de penitencia del barrio para acompañarla desde sus primeros pasos en la calle, pero el ambiente ya se había calentado minutos antes, desde que la Banda de Cornetas y Tambores la Pasión de Cristo inició un pasacalles para despertar a un barrio qie parecía dormido y anunciarle que su cofradía saldría en breve. Nada más lejos de la realidad. Cinco minutos antes de que la Cruz de Guía comenzara su itinerario, los vecinos ya llenaban la puerta de la sede de la hermandad de penitencia reconocida en 2002.
Desafiando al sol y al intenso calor, un par de centenares de nazarenos de túnica morada y capirote, capa y escapulario negro, comenzaron a inundar de Semana Santa el Parque Alcosa, precediendo el sencillo pero coqueto paso del Nazareno del Divino Perdón. Con tres cortas chicotás, el capataz Diego Oliva preludió lo que iba a ser la intensísima salida que realizarían los costaleros de Alcosa. Tras echar el cuerpo a tierra para salvar la puerta, el paso en caoba del Nazareno que tallara Navarro Arteaga en 2002 inició su salida procesional con una larguísima chicotá iniciada a los sones del Himno Nacional y rubricada, dos marchas después y ya en la vuelta hacia la calle Gloria Fuertes con la clásica Pasa la Virgen del Refugio. Las notas musicales que acompasaban, y de que manera, al paso las ponía la Agrupación de la Estrella de Dos Hermanas que, en su única actuación tras un paso de la capital, dejaba destellos de su altísimo nivel.
Aunque su moderno barrio apenas conoce de avenidas y anchas calles, el Divino Perdón buscó al caer el sol la estrechez de la zona de Ciudad de Chiva y la plaza del Obradoiro donde, gracias a la colaboración de la banda nazarena, se vivieron los momentos más intensos junto a la visita a la parroquia de los Desamparados.