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Alegaciones totales contra Pino Zamorano

Pino Zamorano expulsó a dos futbolistas del Betis y denunció comportamiento racista de la afición verdiblanca. El club intentará hoy que los comités no echen demasiada cuenta al árbitro castellano-manchego.

el 28 sep 2009 / 21:56 h.

Pino Zamorano, el domingo en Heliópolis.

La actuación estelar de Pino Zamorano en el Betis-Cartagena ya se acabó, pero a partir de hoy empezarán los efectos colaterales. El Comité de Competición decide esta tarde si sanciona a Arzu, a Carlos García y al club verdiblanco, que por supuesto ha alegado por todo, incluidos los gritos racistas contra el panameño Quintero.


La maldición de los partidos al mediodía continúa más que viva para el Betis tras su enfrentamiento con el Cartagena, en el que perdió dos puntos, tres futbolistas y unos cuantos euros, porque la multa por los distintos incidentes que reflejó el acta no hay quien se la quite a la entidad de Heliópolis. El sin par Pino Zamorano, que tanto daño hizo al club durante su estancia en Primera, volvió a cruzarse en su camino y zanjó el reencuentro con un par de expulsiones, las de Arzu y Carlos García, y una alusión en el acta a los gritos que, procedentes del Gol Sur -como siempre-, se escucharon contra el panameño Quintero por el simple hecho de ser negro. La indignación en el Betis es evidente porque ya hay quien piensa que el árbitro madrileño, aunque adscrito al Colegio Castellano-manchego, actúa con premeditación cuando le toca pitar al equipo de las trece barras. Como eso no es demostrable, obviamente, el club va a hacer lo único que está en su mano: presentar alegaciones contra la mayor parte de las decisiones adoptadas el domingo por el colegiado en cuestión.


Lo primero es lo primero. Es decir, el capítulo deportivo. El Betis mandó ayer las alegaciones al acta por una de las tarjetas amarillas que vio Arzu, en concreto la primera, y por la roja directa de Carlos García. En el caso del nazareno, el acta justifica la amonestación por "disputar un balón aéreo a un contrario impactando con su mano en la cabeza de éste". Los servicios jurídicos del Betis han enviado las imágenes del lance porque en ellas se aprecia que no hubo impacto. También han mandado el vídeo de la jugada que supuso la expulsión de Carlos García: Pino Zamorano escribió  que el central vio la roja directa por "golpear a un contrario con el brazo estando el balón a distancia de no poderlo jugar", pero en el plano televisivo se ve que hay una simple obstrucción.

Y queda el asunto de los gritos ofensivos contra Quintero. Ocurrió en la segunda parte y el árbitro, en cuanto oyó aquello, paró el encuentro y se dirigió al delegado de campo para que por megafonía se pidiese a los aficionados que cesasen en ese comportamiento tan lamentable. Hasta aquí, nada que reprochar al colegiado, que se limitó a cumplir lo establecido en el protocolo antirracista aprobado hace unos meses. El problema es que Pino ignoró en el acta la reacción generalizada del resto del estadio, que rápidamente mandó callar a los que insultaron al jugador rival. Los abogados del club estudiaban ayer cómo era posible demostrar que la mayoría de la afición actuó en contra de los irresponsables y que el acta "no se ajusta a la realidad", según el consejero y abogado Manuel Castaño. En principio intentarán basarse en el audio del vídeo.

"NO QUEREMOS LÍOS". Los juristas verdiblancos también tienen cierta confianza en el informe que de Pino Zamorano elaboró el ex árbitro internacional Luis Medina Cantalejo, que ahora se dedica a esos menesteres para la Federación después de colgar el silbato. Y lo que tienen claro en Heliópolis es que no reclaman arbitrajes favorables, sino arbitrajes neutros. "No queremos formar ningún lío. No queremos que nos den, pero tampoco que nos quiten. No queremos un trato privilegiado", sentenció Castaño.

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