¿Qué haría con su vida si no tuviera que trabajar por dinero? Es una pregunta "poderosa". Así la define Sergio Fernández en Vivir sin jefe, un manual dirigido a toda clase de emprendedores, incluso a los que aún no lo son.
Ocho de cada diez españoles no está satisfecho con su trabajo y, según Fernández, el primer paso para solucionar esta situación pasa por hacerse esa pregunta. "Hay que pararse a reflexionar sobre lo que nos apasiona y sobre los talentos sin explotar que tenemos", señala.
A su juicio, ése es el germen del cambio por el que uno pasa de ser un empleado -o un parado- a ser su propio jefe. "El problema es que en ocasiones no tenemos tiempo para pararnos a pensarlo o no queremos hacerlo porque tenemos miedo a conocer la respuesta, ya que ello conlleva responsabilidades", apunta. "En España evitamos siempre los riesgos". Sin embargo, a su juicio, ese inmovilismo también es peligroso, pues en la coyuntura económica actual, con tanto paro, aquello de guisárselo y comérselo es para muchos "la única manera de salir adelante".
Pero Vivir sin jefe, no es sólo un libro que alaba las mieles del trabajo por cuenta propia, el corazón de su contenido versa sobre los 50 errores más frecuentes que comenten los emprendedores hechos y derechos.
"Cuando comencé a escribir este libro advertí dos aspectos que marcaron su enfoque", explica. Por un lado, la mayoría de los emprendedores que trabajan como autónomos, regentan pymes, o son free lance, no leen libros de este tipo porque se dirigen a perfiles más altos y, para ellos, prácticamente "hablan en chino". Por otro, estos manuales se dedican a dar consejos, pero ninguno a destacar los fallos.
Errando se aprende. Ésa es la premisa que Fernández ha adoptado a lo largo de su carrera profesional por cuenta propia. Ya en el instituto se buscaba la vida vendiendo ropa vaquera a sus compañeros, práctica que le llevó a realizar diseños propios en su etapa universitaria. Tras ello, fue profesor en España e Inglaterra, para pasar a convertirse en asesor de comunicación y finalmente en coach. "En diferentes momentos de mi vida laboral he cometido errores y al compararlos con los de los demás me he dado cuenta de que hay muchas malas prácticas que los emprendedores compartimos", subraya.
Uno de los pecados capitales, según el libro, es el de la ausencia de constancia. "La historia nos demuestra que quien la sigue la consigue, asegura.
Otro de los errores más comunes es el de no delimitar unos objetivos claros y dejarlos por escrito para que nos sirvan de guía en el devenir del negocio. "Hay que sistematizar las metas que pretendes alcanzar con tu negocio y grabarlas a fuego", aconseja. "Si no lo haces eres incapaz de tomar decisiones adecuadas y de priorizar". Por otro lado, un handicap frecuente en las empresas españolas es no saber vender. "Además de desarrollar un producto o servicio excelente hay que saber colocarlo en el mercado".
Éstas, entre otras claves, aspiran a sentar en el sillón del empresario al currito de a pie, pero ahí no acaba la cosa. A pesar de que ya te estés dedicando a lo que te gusta y lo hagas de manera organizada y funcional, corres varios riesgos. "Los emprendedores tendemos a no separar nuestra vida laboral y familiar. Hay que parcelar y también que descansar", señala.
Y es que la gracia de aprender a ser nuestro propio jefe no es otra que disfrutar más de la vida.