Cuando el lector o la lectora lea esta pieza, el Betis ya no estará en Sevilla, posiblemente ni siquiera en España. A las seis y media de la mañana, Pepe Mel y sus futbolistas, veintisiete en total, han cogido un avión que los ha dejado en Madrid. Y cinco minutos antes de las nueve, en Barajas, la expedición se ha montado en otra aeronave de Iberia que habrá aterrizado en Frankfurt a las 11.35 de la mañana. Desde aquel gigantesco aeropuerto, el más importante del país, el Betis se trasladará en autobús a la pequeña localidad de Bad Schönborn, en la región de Baden-Württenberg. Y allí, en el sudoeste de Alemania, permanecerá las dos próximas semanas, hasta el 12 de agosto. Es la concentración más importante para Mel: acabará a una semana de la Liga, así que en ella debe pulir la composición de su plantilla (o eso espera) y perfilar el trabajo táctico y físico para comenzar el curso con el equipo lo más hecho posible.
La presencia del Betis en Alemania es histórica. Para empezar, se trata del primer ‘stage' veraniego que organiza en un país que en general apenas ha frecuentado. Para los anales verdiblancos, eso sí, queda aquella visita al Kaiserslautern en la Copa de la UEFAde la temporada 95-96. En realidad resulta bastante inusual que el club de Heliópolis salga de España para una de sus concentraciones estivales. Hasta ahora sólo había acudido a otros tres destinos foráneos: en 2011 estuvo en Gales, en las inmediaciones de Cardiff; en los años 90 viajó cinco veces a Noordwijkerhout, en Holanda, primero con Lorenzo Serra Ferrer, después con Luis Aragonés y finalmente con Carlos Timoteo Griguol; y en 1987, con John Mortimore, estuvo en Andorra.
El Betis también ha traspasado las fronteras del país para disputar amistosos, como hizo el año pasado para participar en un triangular en Bayona (Francia); en 2010 para enfrentarse al Cagliari; en 2003, con Víctor Fernández como míster, para visitar a la Roma, un encuentro pactado por el traspaso de Marcos Assunçao; o en 2002, cuando se presentó en Oporto también con el técnico maño para medirse con el Sporting de Lisboa y encajar un gol de un chavalito casi adolescente llamado Cristiano Ronaldo.
Este año, además, será el quinto consecutivo en que el club verdiblanco divide su trabajo de pretemporada en dos concentraciones. La primera fue en Nuevo Portil, en el término municipal de Cartaya, entre el 9 y el 19 de julio y la segunda es la que empieza hoy en Bad Schönborn, una tranquila localidad a una hora de Frankfurt. La expedición, por cierto, se alojará en el hotel Villa Medici, una maravilla rodeada de zonas verdes pero que carece de instalaciones futbolísticas, de ahí que Mel y sus hombres tengan que ejercitarse en otros campos situados a diez o quince minutos del complejo hotelero. La partición de la pretemporada es una costumbre que el Betis adquirió en 2008, con Paco Chaparro, que primero concentró a sus hombres en Montecastillo, en julio, y luego en Las Lomas de Campoamor, en Orihuela, en agosto. La fórmula ha convencido a los sucesores del trianero y el club la ha repetido en 2009 (Montecastillo y La Manga del Mar Menor), 2010 (Nuevo Portil y La Manga) y 2011 (Hondarribia y Cardiff).
Durante su estancia en Alemania, el Betis disputará seis amistosos que contribuirán a abaratar los costes de la concentración. Este mismo sábado a las 18.00 le espera el VFR Aalen y el domingo a las 17.00, el SV Sandhausen. A partir de ahí, todo proviene de la Bundesliga: el viernes 3 de agosto a las 18.30, el Stuttgart; el domingo 5 a las 15.00, el Hoffenheim; el día 10, el Nuremberg; y el 11 a las 18.00, el Friburgo de Ezequiel.
