Alemania, aupada entre los favoritos tras su convincente victoria contra Polonia, se mide a una Croacia con dudas en su juego para dirimir el primer puesto del grupo B y asegurar ya el pase a cuartos de final.
Todo indica que Alemania podría jugar prácticamente con el mismo once que venció a Polonia, salvo que se encuentre un hueco para Bastian Schweinsteiger, una posibilidad que dejó abierta Joachin Löw ante "el fuerte empuje de los jugadores más jóvenes".
Aparte de Schweinsteiger, la otra posibilidad es la inclusión de Arne Friedrich, que podría jugar en la banda derecha, dejando en el banquillo a Marcell Jensen, que mostró algunas debilidades ante el ataque polaco.
La entrada de Friedrich, del Hertha de Berlín, obligaría a cambiar a Philpp Lahm de banda, a la izquierda, donde actuaría de escudero de Lukas Podolski.
Michael Ballack, el capitán alemán, espera que su equipo mejore en todas la líneas, y advirtió de que los croatas jugarán de forma más punzante de la que lo hicieron los polacos.
El jugador de 31 años del Chelsea, determinante en la victoria contra Polonia, considera que Alemania está "a un 80-85 por ciento" y que la verdadera medida del equipo sólo se conocerá después del choque con los pupilos de Slaven Bilic.
La selección croata, al contrario que Alemania, obtuvo una victoria -por la mínima y de penalti- llena de dudas ante Austria. Su figura, Luka Modric, apenas se dejó ver, y cuando este jugador pierde la brújula, su equipo navega sin rumbo.
Croacia también podría modificar sistema y alineación con la intención de reforzar el centro del campo. Bilic, quien estuvo en la única victoria de Croacia contra Alemania, un humillante 3-0 en el Mundial de 1998, ha tratado de ocultar sus cartas.
Al parecer, Croacia renunciará a un punta sacrificando a Mladen Petric -que no está en su mejor estado de forma- dejando como atacante a Ivica Olic. Ivan Rakitic, otra joya de la cantera croata, apunta a titular y podría jugar como media punta, puesto en el que también podría situarse a Niko Kranjcar.
