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Alemania pide dejar caer los otros muros

Merkel propone derivar competencias a organizaciones supranacionales para derribar las 'vallas de la vergüenza' que quedan en pie.

el 09 nov 2009 / 20:41 h.

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Cisjordania, el Sáhara Occidental, México, Corea... Aún hay países en el mundo que viven en similares condiciones a las que vivió Alemania durante 28 años, países partidos por vallas -habitualmente peligrosas- que segregan a la población y parten familias en dos. La canciller alemana, Angela Merkel, entendió que ayer era un buen día para recordar este hecho y defendió que el "derribo de los muros" que aún quedan en el siglo XXI depende de la disponibilidad de los Estados de transferir competencias a los órganos internacionales "cueste lo que cueste".

En un congreso centrado en los nuevos desafíos mundiales, organizado por la Fundación Einstein de Berlín, la canciller señaló que la caída del Muro cambió la polarización política mundial y abrió la puerta al sistema multipolar vigente hoy en día.

"Sólo con un orden global y con cooperación multilateral es posible una convivencia pacífica", manifestó Merkel e instó a los Gobiernos de los países industrializados a colaborar "cada vez más" con las naciones emergentes como la India y China.

El músico argentino-israelí Daniel Barenboim participó en los actos de conmemoración de la caída de la valla berlinesa y recordó los pogromos nazis del 9 de noviembre de 1938, antítesis "monstruosa" al aniversario de "la noche más feliz de Berlín". Al igual que Merkel, habló de los "otros muchos muros que quedan por derribar", incluido el que separa a palestinos de israelíes.

"La fecha del 9 de noviembre representa a la vez lo más monstruoso y lo más feliz de la historia reciente alemana", afirmó el director y pianista en una rueda de prensa horas antes del concierto que dirigió ante la Puerta de Brandeburgo.

A la pieza A survivor from Warschaw, compuesta en 1947 desde EEUU por Arnold Schönberg en memoria a las víctimas del Holocausto y de la liquidación por los nazis del gueto de Varsovia, le correspondió evocar "la terrible Noche de los Cristales Rotos, en que los nazis hicieron arder las sinagogas de todo el país". Para Barenboim, la confluencia de ambos aniversarios debe ser motivo de reflexión.

"Durante años el sueño era ver caer el Muro. La noche del 1989 se hizo realidad y 20 años después ya es historia. De ella debemos aprender todos, no sólo los alemanes", dijo. "Quedan muchos muros por derribar. Algunos son mentales, otros no. A mí, como judío e israelí, pero también medio palestino, me duele el muro entre mis dos identidades", afirmó Barenboim, quien en 2008 adoptó la nacionalidad palestina como gesto por la paz. Para el músico, negar el Holocausto es una "aberración", pero también es inaceptable caer en la "politización del Holocausto" o hacer de él un "recuerdo activo" sobre la acción presente.

De la misma forma, el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió que nadie pierda de vista que "hay otros muros en el mundo que también deben caer".
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, aseguró ayer que la conmemoración del 20 aniversario de la caída del Muro abre una nueva era en la Unión Europea y pidió un esfuerzo para retirar los muros que aún quedan en pie en Europa, "barreras como los prejuicios y el proteccionismo" con las que hay que acabar "ladrillo a ladrillo".

El más largo. El muro más extenso queda en pie es el que Marruecos construyó en el Sáhara Occidental. Mide 2.720 kilómetros y en sus proximidades fueron instaladas minas antipersonas que ya se han cobrado miles de vidas. En Cisjordania, Israel construyó una valla de 600 kilómetros para separar, supuestamente, a los terroristas de sus víctimas. La ONU lo condenó y reclamó su destrucción a los israelíes, pero el muro nunca ha caído.

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