21 millones de euros y un papel en blanco. Juan Pedro Vela aterrizó en Sevilla procedente del País Vasco para montar un centro tecnológico que atendiera las necesidades del sector aeroespacial andaluz y le ayudase a avanzar hacia nuevas líneas de desarrollo. El CATEC es el resultado.
-Cuatro años de crisis y la aeronáutica andaluza mejora sus cifras de facturación y empleo año tras año. ¿Cómo se explica?
-El sector aeronáutico ha asimilado la crisis muy bien a nivel internacional. En tráfico de pasajeros solo hubo un año de crisis.
-Los fabricantes exigen más a sus proveedores y reducen cada vez más el círculo. ¿Qué oportunidades tiene el sector andaluz?
-Airbus está reestructurando la cadena de suministro haciéndola más racional. Antes se entendía con más de 2.000 empresas pero ahora tiende a una concentración. Para 2012 su objetivo es contar con unas 14 o 15 ingenierías y tenemos que pretender que alguna sea andaluza. Hay entre seis y ocho, demasiadas y pequeñas para sus necesidades, por lo que trabajamos en un proceso de concentración. En fabricación se busca que haya una decena de proveedores y en España tenemos tres Tier 1 [Alestis, Aernnova y Aciturri], posiblemente no haya mercado para las tres y tengan que concentrarse.
-¿Por qué hay tanto problema para gestar fusiones?
-El problema de las empresas es que tienen un único dueño, que es el que las ha puesto en marcha, y es difícil que se pongan de acuerdo porque tienen que renunciar a cuotas de poder. Les animamos, pero es una decisión suya.
-¿Cuál es la actitud de las empresas ante este escenario?
-Vemos que en la ingeniería está siendo un poco más difícil. En producción se están llevando a cabo desde hace varios años. A ello ha ayudado Alestis, que ha servido de barrera ante los nuevos requerimientos de Airbus.
-¿Qué es mejor, contar con un Alestis fuerte o con varios grupos potentes en distintas áreas?
-La idea sería tener algún Tier 1 de aviónica, otra empresa fuerte de sistemas embarcados (sistemas eléctricos, bancos de ensayos), que podría tener una línea de aviones no tripulados. Hay alguna en esa dirección como Elimco. El sector está reaccionando bien a los cambios, se está adaptando a los requerimientos y por eso sigue creciendo el empleo aunque la cifra de empresas decrece. Queda mucho por recorrer pero estamos en el buen camino.
-¿A qué debilidades y amenazas se enfrentan?
-La excesiva concentración de riesgos porque todavía dependemos mucho, en un 80%, de Airbus y de las empresas de su órbita. El día que Airbus se constipe, cogemos una pulmonía. Y, por otra parte, nos está costando mucho internacionalizarnos en mercados como China o la India, aunque en Brasil hay buena penetración.
-¿Y la capacidad financiera?
-Eso ha forzado a la concentración. El mercado pedía que salieran nuevos modelos de avión con más frecuencia y eso vale mucho dinero, tanto que ni los grandes fabricantes tienen medios para hacerlo solos, por lo que han echado mano de los Tier 1, que participan a riesgo. Así han podido soportar financieramente los nuevos desarrollos. Lo que se pretende es que cada estrato de la cadena de suministro participe en la medida de sus posibilidades a riesgo en su parte del contrato. Es un sector muy intensivo en inversiones y el retorno, a muy largo plazo.
-¿Se han cumplido las expectativas de trabajo de los grandes programas en Andalucía?
-En Andalucía se estaba acostumbrado a que saliera un programa nuevo (A380, A350) y que hubiera bastante carga de trabajo en el diseño y fabricación de componentes estructurales. En el A400M la carga más importante está por venir. Se ha participado en el diseño muy poquito, se está participando en la fabricación de algunos componentes y conjuntos, pero mucho menos que con el A380 y A350, pero sí va a venir con el montaje final. Y hasta dentro de dos o tres años no lo vamos a ver.
-¿El retraso del A350 es beneficio para la comunidad?
-No. Este año no vamos a decrecer pero los datos tan brillantes de 2010 no los vamos a tener.
-¿Por culpa de esa demora?
-Por ese retraso, que se une al de la entrada en producción en serie del A400M.
-¿Hay conciencia en las empresas de que deben incorporar la innovación a los procesos?
-Se está dando pero no en la medida que me gustaría porque la innovación es una buena inversión. Agradecería que la administración regional pusiera en marcha programas para ayudar a las pymes a innovar, pero innovación combinada con desarrollo tecnológico, que es lo que necesita el sector andaluz. En Andalucía surgen muchas buenas ideas, pero necesitan quien sepa comercializarlas y ponerlas en el mercado. Hay que unir al empresario tradicional con las spin off [surgidas de la universidad] para conseguir un contrato o industrializar un producto; eso sirve a la empresa clásica para diversificarse y a la nueva, para crecer.
-¿Eso se ha planteado?
-Estamos en ello. Tenemos siete-ocho spin off y queremos darlas a conocer a los empresarios para que vean sus productos y las posibilidades y así puedan surgir ideas comunes y maneras de trabajar. Hablamos no de dinero, sino de compartir y aportar más conocimiento que otra cosa.
-¿Cuál es el papel del Catec de cohesión entre las empresas?
-Los centros tecnológicos surgieron en el País Vasco hace más de 30 años. Es una infraestructura que apoya el desarrollo tecnológico de las empresas de una manera que sea viable económicamente y autosuficiente: consultas un problema, te dan la solución y cobran por ello. Ése es el modelo. Los centros tecnológicos convierten la investigación en tecnologías que incorporar a las empresas.
-¿El balance desde 2008?
-Al final del tercer año hemos conseguido lo que logré en el País Vasco en el quinto. Hay un nivel muy bueno en la universidad, que nos ha permitido empezar a generar tecnologías propias.
-¿Es ya autosuficiente?
-Sí. En 2008 no lo fue, perdió dinero. En 2009 y 2010 lo ha ganado, menos del previsto por la crisis. Para este año prevemos seguir la línea ascendente de facturación.
-¿Hacia dónde se orienta el futuro de la industria y el Catec?
-El Catec una línea de investigación de aeroestructuras y fibra de carbono, otra de automatización y robotización de procesos de fabricación. Y otras dos para fomentar la aviónica y sistemas no tripulados y la simulación y software de sistemas. En aviónica y electrónica se prevén más oportunidades de futuro.
