Cultura

Alfonso del Valle: "Un concierto puede cambiar la vida de la gente"

El cantautor sevillano saca nuevo disco, titulado Robinsón de los bares del Sur, el mismo que presentará este jueves en el Centro Cultural Cajasol.

el 31 oct 2009 / 21:16 h.

Del Valle, corredor de fondo de la música andaluza.

Robinsón de los bares del Sur es el título del nuevo y esperado álbum de Alfonso del Valle, trovador sevillano que rompe así tres años de silencio discográfico -su última entrega fue Eso es lo que hay (2006)- cargado con un buen montón de buenas canciones con mensaje y acompañado de buenos amigos como Kiko Veneno.

Del Valle es, ante todo, cantautor. "No sé si existe aún la sección de cantautores en las tiendas de discos, pero si así fuera, yo alardeo de serlo. No se trata de ser plastautor, llámalo si quieres pop inteligente, hacer textos que vayan un poco más allá y que sean comprometidos", asevera reflexivo.

Este nuevo trabajo integra un total de 14 temas que han ido cocinándose a lo largo de los tres últimos años en actuaciones en espacios como La Carbonería o El Perro Andaluz, y en los que hay desde homenajes a los Beatles y Bob Marley hasta crítica social y declaraciones de principios, todo ello aliñado con unas gotas de humor y no poco aliento poético.

¿No ha perdido en todos estos años Alfonso del Valle la esperanza de que una canción pueda cambiar las cosas? "Tendría usted que ver las cosas que cuenta la gente, las vidas que han cambiado después de un concierto. Es muy reconfortante", asegura.

Con cinco títulos a sus espaldas, desde aquel En La Carbonería del lejano 1997, este sevillano no sólo ha sabido mantenerse, sino que también ha ejercido de hermano mayor de un montón de nuevos artistas a los que ha contribuido a impulsar.

"Es una satisfacción que se mantenga viva la llama", dice. "Hay gente como Joaquín Calderón [a la sazón productor del disco] o Mafy, que están ahí en parte porque un día les dije que no lo pensaran y se subieran al escenario".

Superviviente de todos los vaivenes del mercado, Del Valle recuerda que "cuando empecé todo era bastante diferente. La piratería ha existido siempre, pero consistía en esperar a que una canción sonara en la radio para grabártela en una cinta. La industria también ha cambiado, antes se podía apostar por un producto que vendía 10.000 copias, ahora sólo se hace con quien vende medio millón", explica el músico.

Con la música a otra parte. También ha cambiado el panorama de locales de conciertos, y no para bien, según su apreciación. Alfonso del Valle, que ha crecido como músico tocando de bar en bar, lamenta "que aquí queramos ser más papistas que el Papa con las recomendaciones europeas. La Unión Europea también recomienda proteger la cultura, pero sólo interesa el descanso selectivo, como si no molestaran las bandas de música y las verbenas. Quieren desviarlo todo hacia los polígonos industriales, y así resulta que de este modo el corazón de las ciudades va a quedarse sin latir".

Como colofón, se le pregunta: ¿qué espera de este Robinsón de los bares del Sur? La respuesta no tiene desperdicio: "Pues salir de Sevilla y del Sur de una puñetera vez, darme a conocer por ahí y confiar en que, si me tienen que dar con la varita mágica, que sea antes que a Triana Pura".

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