–Usted comenzó en el mundo del patinaje cómo árbitro, labor que desempeñó durante 23 años. ¿Cómo fue su experiencia?
–La verdad es que desde siempre he estado vinculado al mundo del deporte. Ya a los 14 años comencé como boxeador. Después probé como árbitro de hockey. Me fue muy bien, conseguí ser el primer árbitro nacional que salió de Sevilla y logré llegar a la máxima categoría.
–Desde su fundación usted ha sido el presidente de la Federación Andaluza de Patinaje. ¿Cómo llegó al cargo?
–Pues sinceramente, llegué de casualidad. Como ya he comentado, yo empecé como árbitro y después me ofrecieron ser el presidente de la Andaluza, lo cierto es que no pude decir que no.
–Como presidente de la Federación Andaluza de Patinaje usted ha permanecido nada más y nada menos que 25 años en el cargo...
–La verdad es que es un cargo muy sacrificado y en el que hay que estar por amor. Son muchas horas de trabajo y los beneficios únicamente son los éxitos deportivos, hay muy pocas satisfacciones económicas, por no decir que ninguna.
–Después de tantos años en el cargo, llega un día que decide dejarlo, ¿lo dejó por voluntad propia o le hicieron ver de algún modo que había que dejar paso a un nuevo presidente?
–Nunca me ha gustado dejar las cosas a medias, a día de hoy estoy muy bien de salud pero nunca se sabe qué puede pasar el día de mañana, noté que había llegado mi momento, aunque lo cierto es que sigo colaborando con el actual presidente, Francisco Ramos. Después de tantos años uno no puede dejarlo de la noche a la mañana.
–Usted ha sido el primer presidente de la Federación Andaluza de Patinaje y hasta ahora ha permanecido en el cargo, es decir, más de 25 años. ¿Cuál era el nivel del patinaje en Andalucía hace un cuarto de siglo?
–Cuando se creó la Federación Andaluza de Patinaje el nivel no era ninguno, simplemente porque no existía, no había. El patinaje por entonces en Andalucía era un deporte totalmente desconocido. Por suerte, hoy en día podemos decir que la cosa ha cambiado y es que, desde que llegué al cargo, me puse como principal objetivo el fomentar el patinaje en nuestra región.
–¿Qué medidas establecieron para fomentar el patinaje?
–Lo cierto es que todas las medidas que propusimos en su momento fueron de carácter económico. Por una lado, decidimos no cobrar nada por las licencias, pensamos que eso animaría a la gente, y la verdad es que dio resultado. Otra de las medidas que llevamos a cabo fue invertir de forma correcta todas las ayudas oficiales que recibíamos. Y por supuesto, ninguno de los que trabajábamos allí percibíamos ninguna remuneración económica.
–Se marcha después de una dilatada trayectoria como presidente. ¿Ha hecho todo lo que usted ha querido?
–Créame que he hecho todo lo que he podido, pero no todo lo que he querido. Tengo varias espinitas clavadas, como la organización de un Mundial de hockey, que por falta de presupuesto no pudimos realizarlo y se marchó a Valencia (2001). Pero por otro lado me voy con muchísimas satisfacciones. Hemos organizado Finales de la Copa de Europa de clubes de hockey sobre patines, así como Campeonatos de España y un Festival Mundial de patinaje artístico. He hecho todo lo que estaba en mi mano. Me voy con la sensación de haber hecho bien las cosas.
