Entierro de Paco de Lucía en Algeciras. Su hijo de 7 años y su mujer Gabriela, en el centro de la foto. / EFE
(FOTOGALERÍA. Los algecireños se echan a la calle para darle su último adiós) Centenares de algecireños han despedido esta tarde con respeto y dolor a Paco de Lucía, su vecino más universal, y han acompañado en silencio a sus familiares en el sepelio, celebrado en el patio de San José del Cementerio Viejo de esta localidad, erigido en 1848 junto al mar.
Una veintena de coronas de flores han cubierto totalmente la tumba en la que ya descansa el guitarrista, que quedó sellada a las 15:15 horas y en cuya lápida se han inscrito su nombre civil: Francisco Sánchez Gómez; su nombre artístico, Paco de Lucía, y sus fechas de nacimiento y fallecimiento.
Paco de Lucía visitó precisamente este cementerio en agosto del pasado año, durante su última estancia en Algeciras, para colocar unas flores en la tumba de sus padres, un momento en el que comentó que le parecía un camposanto "muy acogedor", según ha dicho a Efe el alcalde algecireño, José Ignacio Landaluce.
El hecho de que el ataúd que ha transportado los restos mortales del universal músico desde México sea de un tamaño superior al español ha impedido sepultarlo junto a sus padres, en la tumba familiar, como estaba previsto.
Una fina lluvia, a veces algún rayo de sol, han acompañado esta ceremonia, desarrollada en un silencio conmovedor bajo un cielo gris, propio de esta jornada luctuosa.
Los comentarios infantiles o el sonido de los móviles eran conminados al silencio por el discreto siseo de los vecinos de Algeciras, que han querido acompañar a uno de sus vecinos más ilustres hasta el final y no veían el momento de abandonar el cementerio.
Las muestras de respeto hacia la familia de Paco de Lucía se han centrado en su viuda, Gabriela Canseco, quien pese a las jornadas de vértigo y luto acumuladas desde que el pasado miércoles su marido falleció en Cancún (México) ha aguantado con entereza un sepelio que hubiera querido que fuese estrictamente privado.
El cariño se ha dirigido a su hijo Diego, de 7 años, el más pequeño de los cinco hijos de Paco de Lucía, quien ha soportado entre sollozos la ceremonia, portando unas flores en su mano, y ha recibido algunas palmadas cariñosas y todas las miradas de ternura de los asistentes.
Diego también ha sabido recibir con entereza las banderas de España y de Andalucía que cubrían el féretro de su padre y que tras su inhumación le ha entregado el alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce.
En un patio anejo a la tumba algunos familiares de Paco de Lucía mantenían una cierta intimidad, entre sollozos.
Cuando los familiares y amigos íntimos del artista han abandonado el Antiguo Cementerio Municipal, decenas de algecireños permanecían aún junto a la tumba de Paco de Lucía, de quien parecía costarles mucho despedirse y que ya forma parte del paisaje emocional de su Algeciras natal.
