La provincia de Alicante ha desbancado en 2007 a la de Sevilla del cuarto puesto entre las provincias españolas por número de habitantes, y algo similar le podría ocurrir a la capital hispalense, que se podría ver adelantada por Zaragoza del cuarto puesto por entidad demográfica entre las ciudades.
Estos datos se incluyen en el informe "La Sevilla socio-económica 2007", presentado por los presidentes de la Confederación Empresarial Sevillana (CES), Antonio Galadí, y de la Cámara de Comercio de Sevilla, Francisco Herrero, y que ha sido elaborado por el equipo del profesor Francisco Ferraro.
Según el informe, la menor intensidad de la inmigración en la provincia de Sevilla ha sido el factor determinante en la pérdida de posición demográfica en España, ya que en 2007 experimentó un crecimiento demográfico inferior al de Andalucía y de España.
La provincia de Sevilla redujo su participación en la población regional y nacional por noveno año consecutivo, si bien el crecimiento natural sigue siendo más elevado que la media del país al tener Sevilla una relativa alta tasa de natalidad (la cuarta de España) como consecuencia de la mayor juventud de su población y de condicionantes socioculturales.
No obstante, el crecimiento demográfico de la provincia sólo está determinado por el crecimiento vegetativo en una tercera parte y el resto corresponde al movimiento migratorio.
En 2007, sólo el 2,7 por ciento de la población residente en Sevilla era de nacionalidad extranjera, inferior al 6,6 por ciento de Andalucía o al diez por ciento de España, y muy alejado de las provincias que encabezan la clasificación: Alicante (21,5 por ciento), Baleares (18,5 por ciento), Girona (18,3 por ciento) y Almería (18 por ciento).
La ciudad de Sevilla redujo en 2007 su población, que se mantiene prácticamente estabilizada desde finales del siglo XX, frente a la dinámica de crecimiento de las grandes ciudades españoles, como consecuencia de la menor aportación de la población inmigrante.
El informe alerta de que esta dinámica puede dar lugar a que, como ha ocurrido con la provincia, la capital hispalense se vea desplazada del cuarto puesto entre las ciudades españolas por entidad demográfica por Zaragoza, que muestra un notable incremento en los últimos años.
