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Alicia en el País de los Azules

La pintora María José García del Moral expone en la Plaza de Doña Elvira.

el 20 ene 2013 / 19:33 h.

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La Pintora María José García del Moral.

¿Qué tiene el azul que arrebata a María José García del Moral? Esta catedrática de Bellas Artes y artista plástica lleva décadas indagando en las infinitas posibilidades de un color que ha desarrollado con una fruición de alquimista, penetrando en él, dejándose bañar por sus tonalidades, dando vida con sus pinceles a azules cielo, turquesas, azules de ultramar y azules de Chagall, de Inmaculada murillesca y lapizlázuli. Pero el suyo, el azul García del Moral es el que estos días inunda las paredes de la Fundación Amalio, en la Plaza de Doña Elvira, donde de lunes a viernes, de 18.00 a 21.00 horas y hasta el 31 de enero, puede contemplarse la muestra Ámbito 4.

García del Moral, hija del pintor Amalio, en cuya fundación en el corazón del barrio de Santa Cruz expone, ha confesado alguna vez que una de sus intenciones ha sido la de lograr que "Sevilla, como ciudad y referencia, siempre esté en un segundo plano". Huir del tipismo, cuando no del directo folclorismo en el que incurren ciertos artistas, es una constante en su quehacer, lo que no es óbice para que buena parte de su obra, como la de su padre, sea un perenne y en ocasiones velado canto de amor a la luz de la ciudad de la Giralda.

Encerrada en el abstracto, si se quiere hasta críptico, epígrafe de Ámbito 4, el interesado o simple curioso que se asome a este gran caserón de Doña Elvira se sentirá vigilado por extensas paredes azuladas, un decorado realista y apabullante que traspasa los estrechos márgenes de un cuadro. "Uno se siente aquí actor de una comedia fronteriza con el drama en una ciudad prohibida por el color", dice Antonio Agudo en la justificación de una muestra que, como habitúa a suceder con las mejores esencias, corre el peligro de pasar desapercibida. Aunque, si eso sucede, habrá sido capaz de dejar su impronta en los sensibles visitantes que por ella hayan pasado.

Al igual que la Alicia de Lewis Carroll penetra en la madriguera para alcanzar el País de las Maravillas, García Moral sugiere que adentrarse en su obra es "como hacerlo en el interior de un cuadro, lleno de enormes perspectivas y donde se refleja toda la habitación en la que te encuentras". A medio camino entre la instalación contemporánea y la representación más clásica del pintor de óleos, este Ámbito 4 desaparecerá en unos días. El 1 de febrero las paredes habrán regresado al neutro blanco, "porque al igual que el ser humano, la pintura también puede morir", dirá la creadora, contraviniendo así una máxima no escrita del arte como objeto tangible... tasable, y comercialmente eterno.

García del Moral planea, con un grupo de jóvenes artistas, maximalizar su arte y desbordar los límites. Y su nuevo campo de ensayo tendrá la forma de toda una población, la cacereña localidad de Piornal. El evento, llamado a escribir su propio renglón en la historia del arte contemporáneo, acaecerá como casi todo en la trayectoria de esta artista granadina con corazón sevillano, "sin hacer ruido pero impregnándolo todo de sereno y sincero arte". Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla, la creadora se trasladó años después a París donde conoció a la pintora Ljubinka Jovanovic una figura tan desconocida como de culto que la marcó profundamente. A partir de su obra, la andaluza comenzó a cincelar su propia e inconfundible voz propia en el panorama del arte actual.

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