Altadis quiere extrapolar a Sevilla el convenio firmado en ciudades como Tarragona. Esto es, que está dispuesta a que el Ayuntamiento se quede con la fábrica de Juan Sebastián Elcano a cambio de suelo en otro sitio para construir, por ejemplo, viviendas.
Lo malo es que estos valiosos 31.095 metros cuadrados en la orilla de Los Remedios seguirán desaprovechados , abandonados, mientras no haya un acuerdo con el Ayuntamiento, y éste no está por la labor de consentir que la tabaquera saque tajada económica de su salida de Sevilla el pasado 31 de diciembre, fecha en la que cerró la fábrica de tabacos más antigua del mundo, acabando con 388 años de tradición cigarrera en la ciudad.
De hecho, la primera propuesta de la antigua Tabacalera ha sido rechazada por el Consistorio, ya que incluía un centro comercial en los terrenos de la factoría, algo que no casa con lo permitido en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU), que califica el suelo de industrial singular. Esto es, que en ellos sólo caben factorías, talleres artesanales, servicios avanzados, viviendas adscritas al edificio industrial, garaje y equipamientos públicos. A lo sumo, podría albergar oficinas públicas.
Según informó Altadis, la compañía estaría dispuesta a establecer con el Consistorio hispalense un convenio de permuta de los edificios de la fábrica "extrapolando el acuerdo rubricado esta semana con el Ayuntamiento de Tarragona". Incluso subrayan que su alcalde, Andrés Pérez Pérez, también es socialista. "Lo lógico es que el Gobierno municipal de Sevilla facilite las cosas y que para dar uso a las instalaciones se aplique el modelo de otras ciudades", apuntaron fuentes de Altadis, que ha firmado convenios en La Coruña, Valencia, Alicante, San Sebastián y Málaga, donde la tabaquera también ha cerrado sus fábricas.
Con el acuerdo firmado en Tarragona, por ejemplo, el Ayuntamiento se ha hecho con la propiedad de la factoría (46.000 metros cuadrados en pleno centro de la ciudad) para abrir allí servicios públicos y espacios verdes, un museo arqueológico, un centro de creación de arte contemporáneo y otro de documentación histórica. Eso sí, Altadis ha logrado a cambio unos terrenos junto a la fábrica con una edificabilidad aproximada de 50.000 metros cuadrados. Allí construirá viviendas y sacará una gran rentabilidad económica. No en vano, Altadis reconoce que, como compañía privada, está "obligada" a velar "por la defensa de los intereses de sus accionistas".
Plusvalías. De hecho, Altadis echó el telón del mito de Carmen después de haber intentado negociar plusvalías para el valioso terreno junto al río. Ante estas maniobras, el Consistorio optó por blindar el suelo, calificándolo de industrial singular en el PGOU. Bloqueó, así, la operación bajo la máxima de que la recalificación debía estar vinculada al mantenimiento de la actividad industrial. Los modelos fueron los traslados de Cruzcampo -ahora Heineken- de Nervión a Torreblanca, o de Abengoa.
Con todo, lo que está claro es que la empresa quiere presionar al Ayuntamiento hispalense haciéndole ver que ha firmado convenios muy parecidos en otras muchas ciudades, con alcaldes socialistas y populares. Por contra, el Gobierno municipal de Sevilla (PSOE-IU) ha mostrado ya su intención de no permitir ningún tipo de "especulación" con dichos suelos, sobre todo después de que Altadis dejase sin trabajo a muchos sevillanos.
No obstante, el Consistorio también está obligado a alcanzar un acuerdo para que esos terrenos no sigan desaprovechados, sobre todo cuando los vecinos de Los Remedios carecen de equipamientos públicos como un centro de mayores. Es un desperdicio ver cómo crecen los jaramagos en el tramo más urbano del Guadalquivir.
En julio del año 2003, cuando se produjo el cierre de la tabaquera, los trabajadores emprendieron una lucha que logró retrasar el cerrojazo tres años.
