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Alterio y Sacristán: La muerte os sienta tan bien.

Los dos veteranos actores, argentino y español, recalan esta noche en el Lope de Vega para representar 'Dos menos', una obra que afronta la muerte con humor.

el 20 oct 2009 / 18:14 h.

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Dos monstruos de la interpretación en el mismo escenario. Éste es el reclamo principal de Dos menos, la apuesta teatral de esta semana en el Teatro Lope de Vega de Sevilla (de mañana 21 al sábado 24 a las 21.00 horas).

José Sacristán y Héctor Alterio encarnan, en su debut conjunto sobre las tablas (pero que ya inició hace unos meses su gira por los teatros nacionales), a dos enfermos terminales que se enfrentan a la muerte con humor. Al enterarse del poco tiempo que les queda de vida, ambos deciden iniciar una escapada. El francés Samuel Benchetrit, de 35 años, es el autor de la obra, que en París llevó a escena Jean Louis Trintignant en 2005. Sacristán y Alterio la representaron durante casi un año en Argentina, donde fue todo un fenómeno escénico.

Alterio y Sacristán encarnan, pues, a dos personas mayores que despiertan en una sala de un hospital para ser informados de que les queda muy poco tiempo de vida. Pronto inician su fuga que, como explica la dirección del montaje, "es más un viaje interior, un regreso a los sentimentos más preciados del ser humano como el amor, la amistad, la paternidad así como al miedo a la soledad, a la vida y a la muerte".

Junto a los dos veteranos actores se encuentran Cecilia Solaguren y Nicolás Vega, que interpretan cada uno a cuatro personajes y que, como ellos mismos han explicado, "son los encargados de poner obstáculos y plantear problemas a los protagonistas en su camino". "Nuestros personajes podrían ser reales o fruto del desdoblamiento de los sentimientos y las taras emocionales de los protagonistas", apunta Solaguren; "como los mil y un personajes que cada persona llevamos dentro", según el veterano José Sacristán.

La escenografía es simple. Una caja, un espacio cerrado que, en el momento que los protagonistas deciden huir, va cambiando de forma pero siempre manteniendo la misma caja, el mismo espacio. Responde a la interpretación que hace Óscar Martínez, el director del espectáculo, según la cual "el autor deja entrever que no se trata de un viaje físico, sino interior", según ha explicado en una entrevista reciente.

Así las cosas, la obra está narrada mediante actos que se encuadran, más que nada, desde el espacio, señalado o sugerido por pequeños indicios: una luz en la ruta, las luces de una discoteca, un pequeño muelle de madera, unos asientos de hospital. La línea de acción se centra en un par de alocados días de dos enfermos terminales que salen al encuentro y a la aventura para reparar cuestiones no saldadas con el pasado.

La crítica de la prensa de las ciudades por las que ha pasado este montaje no ha escatimado en elogios para la pareja protagonista, que "se lucen" y nunca antes "estuvieron tan sueltos sobre un escenario" (sic).

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