Cultura

«Altolaguirre fue inmune a la envidia»

El profesor Julio Neira ha publicado la biografía del gran poeta malagueño del 27, 'Manuel Altolaguire. Impresor y editor' (Residencia de Estudiantes), y ha dicho a Efe que la labor de Altolaguire fue imprescindible "para el desarrollo de la poesía de su época" y que fue un hombre "inmune a la envidia".

el 15 sep 2009 / 21:43 h.

Julio Neira, autor de la biografía 'Manuel Altolaguire. Impresor y editor' (Residencia de Estudiantes) ha dicho a Efe que la labor del poeta malagueño fue imprescindible "para el desarrollo de la poesía de su época" y que fue un hombre "inmune a la envidia".

Ex director del Centro Cultural de la Generación del 27 y actual coordinador del Centro Andaluz de las Letras (CAL), Neira da cuenta en esta biografía de las facetas más desconocidas de Altolaguirre, como su actividad cinematográfica en el exilio mexicano, y lo definió como "un personaje muy especial, que se caracterizó por una gran ingenuidad, por ser altruista y generoso".

"Fue generoso hasta el punto de publicar a los demás antes que a él; fue lo menos literario que se puede imaginar, desde el punto de las capillas y las conspiraciones literarias", señaló Neira, quien consideró algunas de sus revistas, como Héroe o Caballo verde para la poesía como un "laboratorio en el que se desarrolló la poesía de su época". En las revistas de Altolaguirre publicaron los de la Generación del 27 sus inéditos, y esas páginas acogieron por primera vez poemas de Poeta en Nueva York de Federico García Lorca o de Residencia en la Tierra, de Pablo Neruda.

Sobre la faceta cinematográfica de Altolaguirre, Neira dijo que esta actividad no se convirtió en su ocupación principal hasta que llegó a México, cuando fue guionista de una película de Luis Buñuel, Subida al cielo, productor de varios filmes y director él mismo de la película El Cantar de los Cantares. Fue tras la presentación de este título en el Festival de Cine de San Sebastián cuando, camino de Madrid, falleció en accidente de automóvil en Burgos, en 1959.

En las épocas de mayor penuria ejerció como exhibidor de cine, por los pueblos de México, proyectando películas con una sábana como pantalla, una actividad en la que Neira quiso ver una remembranza de las Misiones Pedagógicas de la época de la República, cuando varios poetas de la Generación del 27 llevaron a las aldeas más recónditas el teatro, reproducciones de cuadros, libros y proyecciones de cine.

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