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Álvarez: "La crispación ha desaparecido en el Sevilla"

Llegó con el equipo fuera de la Liga de Campeones y con un ambiente enrarecido. Y ya ha logrado meter al equipo en la previa del torneo continental y volver a ilusionar a la afición. Este miércoles tiene por delante su tercer y más bonito reto, lograr la Copa del Rey. Y todo, con calma, naturalidad y tranquilidad.

el 17 may 2010 / 20:12 h.

Antonio Álvarez posa en la ciudad deportiva.- Paco Cazalla

Con la Liga de Campeones en el bolsillo, queda la guinda, la Copa del Rey.

–La clasificación para la Liga de Campeones ha sido fundamental para el club. No queríamos dar más importancia a un partido que a otro, pero ahora ya sólo pensamos en la Copa.

Una Copa con muchos contratiempos de última hora. Sin Luis Fabiano, sin Negredo...

–Sí, son dos bajas importantes, pero como siempre he dicho, si no están ellos estarán otros.

–Pero la ausencia de un jugador tan determinante como el brasileño trastocará los planes.

–Evidentemente, Luis es un jugador muy importante. Pero no lo vamos a tener y no podemos lamentarnos. Lo único que podemos es agradecerle su esfuerzo, porque intentó estar ante el Almería y ha intentado estar en la final, pero no ha podido ser.

–¿Y la de Negredo?

–Es una baja con la que no contábamos, esa expulsión... Pero Luis y Álvaro no podrán jugar y habrá que buscar alternativas.

–¿Las hay a dos jugadores tan importantes?

–Se buscarán. Hasta el momento cuando hemos tirado de alternativas porque ha habido ausencias siempre han respondido. Ahí han estado Cala o por ejemplo Rodri. El equipo jugará al máximo, esté quien esté.

–Con todo, esto de preparar finales no es nuevo para usted.

–He vivido muchas como segundo entrenador, pero ahora es diferente. Cuando estás en el segundo plano no hay que tomar decisiones. Ahora sí. Me preocupan las decisiones, la alineación, la manera de jugar y de ganar, porque es lo que te exige el club.

–¿Qué aprendió de ellas?

–Se aprende de todo. Aprendí a celebrar, a disfrutar. En lo deportivo, sacar cosas de cómo se preparaba una final, en el terreno de juego y en lo anímico.

¿Cuál fue la mejor?

–La primera. Siempre veíamos por televisión la explosión de papelillos, te imaginas estar ahí. Y ahí estuvimos. Esa primera final cambió el sentir del sevillismo. En las europeas te sientes más en Europa, el extranjero...

–Pero esta final es muy bonita, tiene mucha solera.

–Sí que la final es bonita, por el rival, por el impresionante escenario.

–Y el sevillismo se ha volcado de nuevo.

–Pensaba que el sevillismo se volcaría, pero no de esta manera. Creía que iba a ir gente, unas 10.000 personas por lo lejos que está, porque es un día laborable, pero vamos a acaparar toda la zona que nos corresponde y se nos va a quedar pequeña.

–Parece que el sevillismo se ha vuelto a ilusionar. ¿Ha sido usted el responsable?

–Creo que sí, hemos cambiado el ánimo. Había una crispación grande, hay que ser realista, si el equipo no estaba bien la gente mostraba disconformidad, había esa animadversión, y ya no la hay, ha desaparecido. La gente está volcada con la final como de verdad no me esperaba hace unas semanas.

–¿Y cómo lo ha hecho, qué ha aportado?

–He tratado de inculcar tranquilidad, normalidad y confianza en los jugadores. Desde mi punto de vista, sin criticar a nadie, había que darle un poco de tranquilidad al entorno, al día a día, a los futbolistas.

–¿Ha sido difícil ganarse el respeto de la plantilla?

–Ellos saben como soy, alegre y exigente y serio cuando corresponde. No ha habido ningún problema. Veo el máximo respeto, más aún si cabe con los jugadores con los que trabajé.

–Del Nido dijo que Jiménez iba a ser el Wenger del Sevilla. ¿Puede serlo ahora usted?

–Yo de Wenger… A Wenger no lo conozco, sé que lleva mucho tiempo ahí, pero en Inglaterra hay otra filosofía. Aquí es diferente, se está más pendiente de los resultados que de la gestión de la plantilla. Me encantaría quedarme mucho tiempo, pero no depende de mí. He llegado con unos partidos, con unos objetivos, y eso es lo que me preocupa, lo que tenga que venir, vendrá. Si consigo mis objetivos no sé lo que pasará. Mi ilusión es quedarme toda la vida en el Sevilla.

–Acabará la temporada y no sabe si seguirá. ¿Se le ha pasado rápido el tiempo?

–En un abrir y cerrar de ojos, hubiera querido disfrutar más.

–¿Si le dicen hace tres meses que iba a meter al equipo en Champions y que iba a dirigir al Sevilla en la final, se lo cree?

–En absoluto, soñaba con entrenar al primer equipo, pero lo veía muy difícil. Si hace tres meses me dicen que me pasa lo que me está pasando no me lo creo, seguro.

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