Ese muro en la incorporación a Écija desde la capital hispalense por la autovía "ha hecho desaparecer un horizonte muy hermoso que todos admiramos", lamenta Vicente Mazón, presidente de Amigos de Écija, que considera que esa barrera impedirá "disfrutar" de una panorámica de la ciudad.
El colectivo censura, además, que con la construcción de esas pantallas las administraciones públicas contravienen su obligación de preservar el patrimonio local. Mazón recuerda que desde 1966, Écija es conjunto histórico protegido y privar a los ecijanos y visitantes de esa visión de la ciudad vulnera ese deber.
Por otro lado, la asociación cultural ecijana reconoce, "porque lo cortés no quita lo valiente", que la colocación de esas barreras es obligatoria para librar de molestias acústicas a los pacientes del futuro hospital comarcal de alta resolución.
La de Amigos de Écija no es la única voz que se ha alzado en la ciudad contra la colocación de esas vallas. Incluso algunos sectores han reclamado que, ya que es indispensable su construcción, se coloquen paneles transparentes, una petición inviable ya que, en ese caso, las pantallas causarían la muerte de numerosas especies de aves que, al no verlas, se estrellarían contra ellas.
Las pantallas acústicas se han construido en uno de los laterales de la parcela en la que se construirá el nuevo hospital de Écija, para el que la Junta de Andalucía ya ha liberado 16,5 millones de euros, una cantidad que cubre las obras para levantar el centro sanitario y que se deben completar con la inversión en material para su dotación, que se estima en otros 5,5 millones.
