El retablo de Jesús sin Soga tiene desde ayer pintura nueva. El lienzo con la imagen del Nazareno de Santa Bárbara, del siglo XVII, ha sido sustituido por un acrílico sobre tabla, del XXI, obra de los artistas José Luis e Inmaculada Jiménez. El original queda a resguardo en el interior de la iglesia.
Y es que la pintura original que ocupaba la capilla abierta en el muro exterior de Santa Bárbara está gravemente deteriorada, como todo el conjunto. La madera ha sido afectada por los cambios climáticos y esto ha repercutido en la tela, expuesta a un continuo movimiento de tracción y detracción. A eso hay que sumarle el daño producido por el sol, debido al efecto lupa a través del cristal protector.
Además, el lienzo se ha visto dañado de manera irreversible por la alteración de los pigmentos debido a la luz, el borrado o ennegrecimiento de determinadas zonas de la tela o el cuarteado de la pintura.
Ante la lastimosa situación de conservación de la pintura (en la que incluso se hacía difícil adivinar el rostro del Nazareno), la Asociación Amigos de Écija para la Conservación del Patrimonio propuso la sustitución del original por otra pintura similar. La asociación cultural incluso ha corrido con los gastos de la iniciativa, "los materiales y el acto protocolario de la donación, basicamente, porque el trabajo de José Luis Jiménez e Inmaculada ha sido desinteresado y no han cobrado nada", recuerda Juan Méndez Varo, el vicepresidente de Amigos de Écija.
Con esta donación, el colectivo cultural quiere frenar en lo posible el deterioro de la tela original, que permanece resguardada en el interior de la iglesia de Santa Bárbara.
La nueva pintura de Jesús sin Soga se ha realizado sobre un soporte de madera prensada de 2,5 metros de alto, 1'66 de ancho y 1'6 centímetros de grosor. Se han utilizado materiales acrílicos en lugar de óleos, como en el original. Además, se ha procedido a la limpieza del marco original, actualizando su colorido y se ha dotado a la pintura original con un marco protector.
José Luis Jiménez resta importancia a su obra, bastante más colorida que el deteriorado original. "Es una réplica de la silueta, realizada midiendo y trasladando las medidas de una pintura a la otra", explica el artista local, autor, entre otros, del cartel de la última Semana Santa, que añade que su Jesús sin Soga "no quiere engañar a nadie: está hecho en 2007 y no pretende revivir algo".
Un texto bajo la nueva pintura recuerda el acto de donación y el nombre de sus dos autores.
