Miguel Carcaño, principal imputado por la desaparición y muerte de Marta del Castillo, pasó ayer viernes durante tres horas y media una nueva prueba psicológica ordenada por Francisco de Asís Molina, el juez que instruye el caso, tras la petición de su abogada.
A la entrada a los juzgados, Carcaño fue increpado por un grupo de personas, entre ellas dos amigos que se dirigieron al presunto asesino con insultos. Incluso intentaron agredirle, sin éxito, al grito de "mira a la cara".
Juan Pablo Marín señaló que el objetivo de su presencia en los juzgados era "verle la cara". "He ido para él flechado por la impotencia que tengo, que es demasiado", apostilló. Tras indicar que conocía a Miguel desde hacía tres años, Juan Pablo se refirió a la "fría" mirada de Miguel y resaltó que "el habernos visto a nosotros no se le va a olvidar nunca en la vida".
"No sé lo que le habrá dado a Miguel para hacer lo que hizo, nunca me imaginé que pudiera hacer algo así", aseveró, añadiendo que "era celoso, demasiado, pero con nosotros nunca se ha pasado porque lo poníamos en su sitio", aunque a Marta "la tenía enfilada y la manejaba como quería". Juan Pablo indicó que, en los últimos días antes del crimen, Miguel "quería volver con Marta, ella dijo que no y eso probablemente le llevó a hacer lo que hizo". "De loco no tiene nada, sabe perfectamente lo que ha hecho", apostilló.
También pidió a Miguel Carcaño "que diga dónde está" el cuerpo "y no juegue con nosotros, porque está jugando y no aguantamos más", recordando que este mes es el cumpleaños de la joven "y no sabemos ni qué hacer".
