La hermandad de Santa Cruz sacó ayer su escuadrón de 210 costaleros para que portaran al Cristo de la Presentación al Pueblo y la Virgen de Amor y Sacrificio, la mejor forma de aguantar uno de los recorridos más largos que hay en Dos Hermanas cada Semana Santa.
La mayoría de las corporaciones rezan estos días para que no llueva en su fecha más señalada del calendario. Santa Cruz debe hacerlo además para que tampoco haga demasiado calor, ya que es, junto con la Pasión que sale hoy, la que más distancia recorre de la ciudad. Tiene además todo el repertorio de tramos que puede verse en Semana Santa: calles estrechas, esquinas complicadas, subidas y bajadas de puentes... Tan sólo le faltaría tener que pasar por uno de los pasos subterráneos que hay en la ciudad.
De hecho, de los 1.400 hermanos que tiene, 210 se encargan de soportar el elevado peso que concentran las imágenes. Desde las 16.00 horas, cuando salió sin problemas y muy ovacionada la primera imagen, y hasta las 2.30, cuando el paso de la Virgen de Amor y Sacrificio volvió a la sede del barrio de Santa Teresa, estuvo en la calle la procesión del Lunes Santo.
Por eso, una de las estampas que más pudo verse ayer fue la de los ciudadanos observando la procesión y a los costaleros aguardando su turno para entrar bajo del paso. Un trabajo que se hace con mucho agrado, como relató Iván Fuentes, que lleva nueve años de costalero. "Somos al final todos amigos y nos conocemos, nos metemos porque nos lo dicen nuestros compañeros y acabamos teniendo muy buen ambiente", comentó. Coincidió con Javier Ruiz en que "esto es una cosa que te tiene que gustar, y no sólo este día [por ayer], sino también los ensayos".