"¿Qué pasaría si detrás de cada situación cotidiana de pareja sonara una música de violines, reforzando cada palabra, cada gesto, cada mirada?". Esto es lo que viene a presentar la compañía Sin ánimo de pulcro al Teatro Central. Cine, amor y música para demostrar cómo la gran pantalla ha cambiado la percepción que existe del enamoramiento.
Amores rodados, que se estrena esta noche en el Teatro Central, presenta la historia de dos parejas y sus situaciones cotidianas pero vistas desde el prisma de las grandes películas románticas de los años 50, 60 y 70.
"A través del cine ha cambiado mucho nuestra forma de ver el amor, incluso la forma de besarse", explica Isa Ramírez, directora del musical. La obra recorrerá distintas etapas de una pareja como el flechazo, el primer beso, el matrimonio e incluso la separación desde clásicos cinéfilos como Cuando Harry encontró a Sally, Casablanca, Gilda o Desayuno con diamantes, películas que "han contaminado nuestro imaginario colectivo". "En la vida real hemos tomado cosas del cine para relacionarnos y esperamos ese halo de romanticismo", que esta compañía espera presentar con música, ingenio e ironía.
Precedidos por el éxito de su primer proyecto, Sinónima y antónima, la compañía sevillana sigue apostando por el teatro musical en directo. "Es un espectáculo más ambicioso en el que pasamos del café teatro, más al estilo cabaret, al musical de verdad", comenta la directora.
El elenco lo forman las actrices Patricia Díaz y Cristina Almazán, también protagonistas de la obra anterior. Santi Martínez y Manuel Rodríguez se han sumado para rematar estas parejas de cine.
La música adquirirá un papel protagonista junto a las dos parejas, que cantarán en directo. "Nos hemos inspirado en bandas sonoras cinéfilas para sacar nuestra música original", explica la actriz Cristina Almazán. Los textos originales de esta obra se unirán a los diálogos de cine "de forma muy natural" y tratados siempre desde la perspectiva irónica y humorística que les caracteriza.
"Será un ejercicio entre el musical y la comedia romántica, todo ello a través de un diálogo muy loco", explica al respecto la directora.
Su principal baza para enganchar al público es la cercanía de las situaciones que se cuentan. "Es una historia simple, pero que llega a la gente porque los personajes son muy cercanos. Todo el mundo ha vivido esas situaciones en algún momento de su vida o espera vivirlas", cuenta la actriz argentina Patricia Díaz.
Todo ello se hará bajo un estilismo de principios de los años 60, cuya influencia se traslada incluso a la hora de interpretar. "Tuvimos a nuestros actores fetiche como Jack Lemmon, Audrey Hepburn o Shirley MacLaine, que tienen una actuación muy limpia físicamente", explica la directora de Sinónima y antónima. La escenografía adquiere unos tonos ocres "que recuerda a esas primeras películas en technicolor".
Discusiones como la que mantuvieron Robert Redford y Jane Fonda en Descalzos por el parque o el reencuentro entre Billy Crystal y Meg Ryan en el clásico Cuando Harry encontró a Sally harán las delicias de los más enamoradizos y provocará las carcajadas de muchos que, alguna vez, actuaron así por amor.
La obra estará en cartel del 3 al 7 de noviembre, a las 20.00, en la sala B del Teatro Central. La entrada cuesta 15 euros.
