Ana María Brenes trae la segunda parte de sus vivencias de Arahal

Fruto de una vocación tardía y tras su jubilación, una maestra de Arahal tiene en la literatura un hueco donde poder saciar su soledad, después de dedicar toda la vida a la docencia. Por ello, y con la idea de ser imagen y referencia de los nuevos maestros, Ana María Brenes se lanzó al mundo literario a través de La cazadora de sueños, trilogía autobiográfica donde además narra los cambios sufridos en su municipio, Arahal, en los últimos 70 años.

el 15 jun 2010 / 17:46 h.

Tras toda su vida como maestra, Ana María Brenes publica su trilogía.
Hace siete meses publicó la primera entrega con un reto por delante: vender 300 ejemplares para poder editar la segunda parte de la trilogía, puesto que también asumió los costes de la publicación con la editorial Opera Prima. Lo que jamás imaginó es que, en tan sólo 40 días, agotaría el libro. Por eso, tiene ahora por delante otro desafío: costear el final de su vida con la venta del segundo volumen, recién salido a la venta, y continuar publicando más ediciones debido al gran número de pedidos que, según cuenta, está recibiendo ya del mismo.


En sus libros cuenta su vida empezando por su etapa como estudiante, reflejada en la primera entrega publicada en diciembre de 2009. En la segunda parte, que fue presentada hace unos días, la profesora relata la etapa en la que termina los estudios de magisterio y se incorpora al mercado laboral como monitora de transporte escolar. Es aquí cuando comienza su labor en la educación y cuando empieza a sentir el cariño de los primeros niños que pasaron por sus manos, de los cerca de casi 3.000 a lo largo de toda su carrera. Sin embargo, a diferencia de los atrapasueños, en la malla de esta biografía también se cuentan las pesadillas vividas debido a problemas con una compañera, "un roce que puede haber en cualquier trabajo".

Pero, al margen de las vivencias con sus niños, el cambio en la población también se refleja en el libro con imágenes guardadas en la retina de todos los vecinos. Con especial emoción recuerda "la antigua ubicación de la feria o el templete de la plaza de la Corredera". Eso sí, lo más descriptivo es el cambio social sufrido en los vecinos, con un mundo más "frío e independiente donde somos menos solidarios".

Habrá que esperar unos meses para conocer de primera mano cómo continúa la vida de esta profesora. Sus niños, como ella los llama, no la abandonarán.

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