La doble faceta política de Juan Ignacio Zoido, al ostentar tanto la alcaldía de Sevilla como la presidencia del PP andaluz, le está dando muchos quebraderos de cabeza al líder popular. Ayer se puso de manifiesto de nuevo cómo estas dos funciones pueden chocar a la hora de defender proyectos para la ciudad que regenta y provocar desaires entre sus propios compañeros de partido, tras lo sucedido a cuenta de la aprobación de la zona franca de Sevilla, lo que ha llevado a Teófila Martínez a alzar la voz contra el proyecto, ya que la instalación de Cádiz y la de la capital hispalense estarían a unos 100 kilómetros de distancia, lo que podría provocar una competencia feroz entre una y otra. La importancia de los dos cargos que ocupa le ha generado ya con anterioridad otros enfrentamientos con populares de otras provincias. Sin ir más lejos, en septiembre del pasado año Francisco de la Torre, el alcalde de Málaga, con la que Sevilla mantiene una rivalidad histórica a cuenta de la capitalidad andaluza, recriminó a Zoido que se opusiera a la continuidad de las obras de los Metros de Granada y Málaga por el hecho de que se paralizaban las de Sevilla, ello a pesar de que es su jefe de filas. En junio se cumplió el ecuador del mandato como alcalde, en plena convulsión del partido por las críticas internas a su gestión como máximo dirigente en la comunidad andaluza. De hecho, hasta la la mismísima secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, vino en esas fechas a Sevilla a arroparlo públicamente y a intentar calmar las aguas en el PP andaluz, muy agitadas por la falta de un candidato y referente claro de cara a las elecciones autonómicas. La hoja de ruta del PP andaluz es elegir candidato a la Junta antes de fin de año, pero esa operación debe autorizarla Mariano Rajoy. Entonces Zoido se liberará de la responsabilidad en el partido aunque podría continuar de presidente.
