Local

Anda Lucía

Anda Lucía es el nombre de un bar, abierto con mucho trabajo por una mujer inmigrante, rumana, en una barriada sevillana. Lucía, que así se llama, llegó hace cinco años y en ese tiempo habla un andaluz perfecto, ha asentado a su familia y genera riqueza en su entorno

el 15 sep 2009 / 05:24 h.

Anda Lucía es el nombre de un bar, abierto con mucho trabajo por una mujer inmigrante, rumana, en una barriada sevillana. Lucía, que así se llama, llegó hace cinco años y en ese tiempo habla un andaluz perfecto, ha asentado a su familia y genera riqueza en su entorno. El establecimiento se llama así para recordarse que siempre debe tirar para adelante y para homenajear a la tierra que la ha acogido. Esta buena historia, como muchas otras, es también crónica de inmigración. Noticias positivas que hay que resaltar en un marco social y mediático que empieza a complicarse. A causa de la desaceleracrisis que vivimos, en este asunto, no faltarán las malas noticias. Europa endurecerá las medidas contra la inmigración ilegal y España no será una excepción. Además, puede extenderse la xenofobia, hecha ley en Italia, y generalizarse los extremismos, especialmente, cuando las alambradas de espino italianas reboten a los países vecinos a los "sin papeles" que a ella se dirigían. Una parte de la población puede acabar aceptando el discurso de que delincuencia e inmigración son lo mismo y se avive el odio social.

Para detener ese populismo, electoralmente rentable y humanitariamente desastroso, la izquierda debe dar la cara. Para empezar, evitando que -como hasta ahora- la llegada de inmigración deteriore la vida de los que menos tienen, corrigiendo que haya escuelas subvencionadas que eluden sus cuotas de integración y rechazando guetos que producen inseguridad. Rodríguez Zapatero ha anunciado medias en esta línea. Olvidarlo no sólo sería injusto, sino que además le puede costar el futuro político.

Periodista

opinion@correoandalucia.es

  • 1