Pepe Barahona
Emigrante, según la Real Academia de la Lengua, se define como el "que se traslada de su propio país a otro, generalmente con el fin de trabajar en él de manera estable o temporal". Desde la distancia, casi dos millones de andaluces viven su andalucismo con dispares pasiones. Todos se fueron con en la idea de aspirar a vivir un poco mejor.
Ana Simón Guerrero, una andaluza que emigró a sus 8 años a Argentina, vive cada día como si siguiese establecida en su casa de Almería. Como ella, muchos salieron en el año 1949 para huir del hambre de la posguerra. "Se echa de menos el clima, la gente, las comidas...", asegura con nostalgia y acento porteño.
El pasado martes, el Gobierno andaluz aprobó el primer Plan Integral para los Andaluces y Andaluzas en el Mundo. El Ejecutivo pretende garantizar los derechos para este colectivo recogidos en el Estatuto de Autonomía y en la ley aprobada por el Parlamento andaluz en 2006. El plan está dotado con 64,5 millones para el periodo 2009-2012 y recoge 193 medidas que promueven la igualdad de los emigrados con el resto de andaluces.
Ana es una de los 171.878 andaluces que viven en el extranjero, la cifra asciende a casi dos millones si se suma a los que viven en otras comunidades autónomas. A sus 66 años, todavía conserva en su hogar tradiciones de su patria aunque admite que cada día le cuesta más aferrarse a ellas. "Desde que llegamos, nuestros padres se encargaron de mantener las costumbres de Andalucía", comenta Ana. Durante muchos años ha sido presidenta del Centro Cultural de Andalucía en Buenos Aires. Esta asociación (hay 345 repartidas por el mundo), fundada en 1996, ha permitido afianzar los lazos de unos 550 emigrados andaluces que viven en Argentina. Entre sus actividades están los "talleres de flamenco, teatro, literatura, un coro rociero...", dice.
El viceconsejero de Gobernación de la Junta, José Antonio Gómez Periñan, se felicita de que se haya puesto en marcha este plan. "La Junta siempre ha tenido relación con los que viven fuera y entendíamos que teníamos que evaluar y cuantificar si las medidas que desde aquí se ponían en marcha servían y llegaban a esos andaluces", admite Periñán. El viceconsejero entiende que es obligatorio promover "la igualdad" y pone como ejemplo "el poder facilitar el servicio médico a los residentes en Argentina, donde viven el 20% de los exiliados". En este punto coincide también Ana, "en Argentina, la gente necesita que la parte sanitaria esté cubierta". A partir de ahora se facilitará a los exiliados la tarjeta sanitaria, lo que garantizaría a los emigrantes la cobertura y atención desde el Servicio Andaluz de Salud durante los desplazamientos temporales a esta tierra. Aunque el viceconsejero no lo ve como una prioridad, la Junta incluye ayudas que permitan el retorno de los que así lo deseen.
Sobre los derechos políticos de los emigrantes el plan no avanza en el camino señalado por el ex presidente andaluz, Manuel Chaves, quien prometió el pasado octubre en su última visita a Argentina reformar la ley electoral -en consonancia con los cambios prometidos por Zapatero a escala nacional- para garantizar una circunscripción única a los emigrantes en el Parlamento andaluz. A partir de este plan los emigrantes sí podrán presentar iniciativas en la Cámara o reclamar ante el Defensor.
"Hay que luchar para acabar con el estereotipo del andaluz que se va en un tren de tercera categoría" reclama el viceconsejero de Gobernación. "Los que se van ahora salen con la cabeza muy alta", recalca. Pone como ejemplos del nuevo emigrante andaluz a "Antonio Banderas, en California, o David Bisbal, en Miami". El nuevo emigrante "intenta buscar nuevos retos, buscando proyección profesional", recuerda Periñán. El viceconsejero quiere que estos emigrados sean referentes de la "Andalucía de la banda ancha, la misma que investiga con células madre y es pionera en aeronáutica".
