El Consejo de Gobierno ha aprobado este martes el decreto por el que se regula la formación inicial y permanente del profesorado no universitario. La norma, que sustituye a la que estaba en vigor desde 2003, será de aplicación a partir de este curso escolar 2013/14 e incorpora entre sus novedades el refuerzo de la capacitación de los profesionales de la docencia en aspectos como la gestión de la diversidad del alumnado, el bilingüismo y las tecnologías de la información y la comunicación. 
Según la Junta, la nueva regulación responde a los cambios normativos producidos en la última década, los avances en los procesos de enseñanza-aprendizaje basados en la adquisición de competencias básicas y no exclusivamente en contenidos, como venía siendo tradicional, y las exigencias de la Unión Europea en materia de resultados.
El Ejecutivo andaluz destaca en un comunicado que, con este decreto, cierra el círculo de las reformas orientadas a mejorar la calidad en el sistema educativo, tras la aprobación de los reglamentos de organización de los centros docentes y el desarrollo de los planes de evaluación.
La norma aborda tanto los aspectos de la formación inicial que son competencia de la Consejería de Educación como la formación permanente y la directiva, con el fin de asegurar la capacitación de los profesionales para afrontar los retos del sistema educativo y adaptar las enseñanzas a las nuevas necesidades sociales.
FORMACION INICIAL. La formación inicial, necesaria para obtener la titulación que permite impartir enseñanza, abarcará tanto la adquisición de conocimientos como el desarrollo de capacidades y aptitudes. Por primera vez se regula la fase de prácticas en los centros educativos, conocida como 'Practicum', y se establece el objetivo fundamental de que los futuros profesores la desarrollen en aquellos centros y con aquellos tutores con mejores prácticas docentes. Tanto unos como otros deberán acreditarse.
En cuanto a la formación permanente, el decreto dispone que ésta se apoyará tanto en la demanda de los centros como en la propia planificación de la Consejería de Educación. Los centros marcarán la oferta a partir de la detección de sus propias necesidades, de modo que el profesorado pasará a ser sujeto activo de su propia formación. La Consejería, por su parte, fijará los grandes objetivos estratégicos, que girarán sobre la enseñanza por competencias, el bilingüismo, la atención a la diversidad del alumnado y las tecnologías de la información y la comunicación.
Finalmente, la formación para el ejercicio de la función directiva tendrá carácter obligatorio durante el primer año, con el fin de dotar a los docentes de competencias profesionales que les permitan orientar, dinamizar, encauzar y articular las iniciativas de los distintos sectores de la comunidad educativa, ejercer el liderazgo pedagógico y tomar decisiones adecuadas sobre la organización y funcionamiento del centro docente. Para ello, la Consejería establecerá una oferta de actividades formativas específicas dirigidas a los miembros de los equipos directivos.
El Sistema Andaluz de Formación Permanente del Profesorado será el instrumento para establecer el marco de organización y funcionamiento así como los recursos para atender las necesidades del profesorado en los centros sostenidos con fondos públicos, incluidos los del primer ciclo de Educación Infantil.
El modelo se seguirá apoyando en la red de 32 Centros del Profesorado (CEP) que funciona en la comunidad autónoma, si bien se amplía con la creación de la figura del asesor de referencia que asesorará a cada centro en la elaboración de sus planes formación. Además, se sumarán a la labor los jefes de los recientemente creados departamentos de formación en los institutos de Secundaria.
