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Andalucía de los Niños, sin solución

Catalunya en Miniatura, única empresa que mostró su interés en el parque, no optó a su explotación porque no puede restaurarlo en solitario, aunque no cierra la puerta si la propietaria le ayuda.

el 22 oct 2013 / 23:30 h.

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Miniaturas Cartuja El futuro de Andalucía de los Niños, el parque de maquetas que recrea a escala los principales monumentos de la comunidad, construido para la Expo 92, está en el aire ahora más que nunca, y sin una solución clara a la vista. Después de que el pasado septiembre se conociera que ninguna empresa había concurrido al concurso convocado por la Junta para su explotación, pese a que varias firmas habían manifestado su interés por el negocio, se ha dado al traste con el plan inicial de la administración autonómica, endosar la gestión y, sobre todo, la restauración de este recinto –que está prácticamente en ruinas debido a la dejadez de la Consejería de Hacienda– a una compañía privada, a cambio de establecer un canon muy bajo que compensara el enorme desembolso inicial que sería necesario. Esta estrategia, que pretendía que el Gobierno andaluz no tuviera que invertir en la rehabilitación del espacio –que costó casi cinco millones en 1992– ha resultado inútil, y ahora la Junta se encuentra con el mismo problema que tenía antes de sacar la licitación, pero sin ningún candidato dispuesto a garantizar un futuro a este emblemático lugar. De hecho, la única empresa que había declarado públicamente que estaba interesada en recuperar Andalucía de los Niños fue Catalunya en Miniatura, sociedad especializada en gestionar este tipo de atracciones y que posee un parque de similares características en Barcelona. Contaba con los medios técnicos para restaurar todas las maquetas y la voluntad de aplicar su plan de negocio en Sevilla, sobre todo, teniendo en cuenta el buen emplazamiento, según ensalzaban, junto al casco histórico. Sin embargo, finalmente no concurrieron al concurso, al considerarlo inviable. “No participamos porque las bases estaban enfocadas a que la inversión para la rehabilitación la acometiera sólo la empresa. No podemos afrontar un gasto tan enorme, y creo que eso mismo le habrá pasado a los otros interesados que la administración decía tener”, explica a ElCorreo Concha de Lucas, directora del parque catalán. “Una cosa es explotar un recinto y otra reconstruirlo de cero, con todo lo que supone eso”, añade. No obstante, De Lucas reconoce que después de declararse desierto el concurso de la Consejería de Hacienda, desde la Junta volvieron a contactar con ellos a fin de ver otras posibles líneas de actuación, si bien estas conversaciones, a día de hoy, no han fructificado, por lo que el parque sigue en vía muerta. “Al final parece que lo que buscan es lo que todos en esta situación de crisis, que haya un tercero que corra todo el riesgo. Y bastante riesgo tenemos ya con lo que gestionamos aquí”, reconoció la directora. A su juicio, la solución para Andalucía de los Niños pasa por una decisión “institucional”, y asegura que si las condiciones fueran otras, su empresa se lo replantearía, si bien avisa de que la decisión debería tomarse pronto, porque “cada día que pasa, el deterioro es mayor”. Después de varias denuncias públicas por el lamentable estado de conservación del parque de miniaturas –que lleva sin mantenimiento ni vigilancia desde que la Junta recuperó su titularidad en enero de 2012, ya que antes lo cuidaba Isla Mágica–, la Dirección General de Patrimonio da la consejería sacó a concurso en julio la explotación integral de Andalucía de los Niños. Esta decisión parecía que podría salvar este espacio, que llevaba meses sufriendo robos y actos vandálicos –algunas de las maquetas han sido arrancadas, el cableado sustraído y algunas piezas están desaparecidas–. El pliego establecía que las empresas interesadas tenían hasta el 16 de septiembre para presentar sus ofertas para hacerse con la concesión por 30 años si cumplían un requisito: asumir la rehabilitación y poner en marcha su proyecto en un año. A cambio de ese importante desembolso, Hacienda planteaba un canon anual muy reducido durante los primeros cinco años, que ascendía a un mínimo de 1.035 euros, que subiría a 10.035 durante el lustro siguiente, para situarse definitivamente en 15.052 el resto del periodo. A la vista del resultado, se desprende que estas condiciones no han resultado del interés de ninguna empresa. La pregunta que se plantea ahora es qué pasará con el parque. La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero, ha mostrado su disposición de volver a licitar “con condiciones razonables para la Junta” el parque si se comprueba que hay empresas interesadas. En respuesta a una pregunta parlamentaria, la consejera apuntó la posibilidad de ceder el parque a la Consejería de Turismo, aunque admitió que sería “lógico restaurar antes el espacio”. Montero añade que se hicieron “importantes gestiones” y hubo conversaciones con empresas interesadas, en concreto dos, que mostraron un “interés manifiesto”.Sin embargo, insiste en que las condiciones de explotación apuntadas inicialmente “eran muy razonables”. “Las condiciones de licitación que planteábamos no estaban fuera de mercado”, agregó la consejera, que lamentó que el concurso finalmente quedara desierto. Aseguró también que su departamento “está nuevamente intentando que algunas empresas, bien de las dos interesadas u otras que operan en el mercado, puedan materializar su interés y en razón de eso volveremos a licitarlo, en las condiciones que entendamos que puedan permitir que el concurso no se quede desierto”. La responsable de Hacienda aboga por “intentar conseguir conservar el parque para el patrimonio de Sevilla y Andalucía”, pero no anuncia ninguna medida encaminada a la conservación. Cabe recordar que antes de que Catalunya en Miniatura hubiera mostrado su interés por el parque sevillano, la Junta se planteaba otra opción, si no encontraba comprador: trasladar alguna de las maquetas –las que estuvieran en mejor estado– al Alamillo. Pero esta posibilidad supondría acabar con el parque, tal y como fue concebido, y no reproduciría los accidentes geográficos que recoge este recinto ni los mil detalles que posee. El futuro, en cualquier caso, pinta complicado.

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