Cultura

Andalucía de los Niños, zona cero

La Junta deja morir el parque de maquetas heredado de la Expo 92, una joya que costó 800 millones de pesetas.

el 07 abr 2013 / 23:43 h.

Sevilla es una ciudad experta en crear auténticas maravillas para luego olvidarse de ellas y dejarlas morir. Ése ha sido el sino de gran parte de su patrimonio. Andalucía de los Niños es el último ejemplo de la pésima memoria histórica de la capital hispalense y de sus gestores políticos. Este inigualable parque de maquetas, que reproducía a escala los principales monumentos, espacios naturales y sistemas de comunicación de la comunidad, fue considerado una de las siete maravillas de la Exposición Universal de 1992. Una joya que consiguió sobrevivir a la quema de los años inmediatamente posteriores a la muestra internacional. Logró salvarse del abandono y la desidia institucional integrándose en los sucesivos parques temáticos que nacieron en la Cartuja al abrigo del recuerdo de la Expo. Primero en el Parque de los Descubrimientos y, posteriormente, en Isla Mágica. Fue precisamente esta última empresa la que se hizo cargo de su mantenimiento y explotación en los últimos años, desde 1999 hasta el pasado 31 de diciembre de 2011. Para ello, construyó una pasarela sobre la calle José de Gálvez a fin de conectar esta zona con el resto del recinto. Sin embargo, esta fórmula no convenció a los responsables del parque temático, que acabaron devolviendo Andalucía de los Niños a la Junta, su propietaria. Desde entonces la Consejería de Hacienda y Administración Pública, el departamento responsable de este complejo, no se ha preocupado lo más mínimo por conservar ni vigilar este enclave, cuyo estado actual es penoso y ruinoso. Este periódico ha podido comprobar in situ la total falta de cuidados y seguridad en lo que un día fue Andalucía de los Niños. Las maquetas, después de más de un año de abandono, presentan un aspecto lamentable, aunque lo cierto es que, pese a la desidia de la Junta, la mayoría siguen aguantando de una pieza, demostrando la calidad del trabajo que se realizó en 1992. La jardinería está completamente perdida. Los bonsáis que antaño decoraban este jardín están prácticamente devorados por los jaramagos y el verde que tapizaba sus praderas se ha marchitado por la falta de riego. También la red ferroviaria en miniatura que recorría el recinto ha sido arrasada por completo. Sus vías aparecen esparcidas por todo el lugar, sin que haya ni rastro de los vagones. Lo mismo ha ocurrido con las reproducciones de los barcos que surcaban sus canales y costas, ahora completamente desecados y desdibujados. En cuanto a las maquetas, todas están decoloradas, sucias y han perdido muchas piezas. Es difícil hacer un recuento, puesto que la cartelería está borrada por la exposición al sol, pero algunas ausencias son fácilmente apreciables. En la zona que reproducía Sevilla, por ejemplo, no queda ni rastro del puente de Alfonso XII o de hierro ni del campanario de la Giralda. De Almería, el Observatorio de Calar Alto está desmembrado, y de la central de energía solar de Tabernas no queda ni rastro. Jose Carlos cruz ruinas 45 En Cádiz ya no se ven los molinos de la central eólica de Tarifa, el balneario de la Caleta parece haber salido de una película de terror y el faro de Chipiona está decapitado. En Granada los matojos devoran la Alhambra, mientras que la maqueta de Sierra Nevada parece haber sido arrasada por un seísmo, ya que su telecabina se ha desplomado sobre las montañas. En Huelva, el antiguo Colombino está hundido y desierto, mientras que en la zona de Jaén las cruces que rematan su catedral aparecen siniestramente retorcidas. Y así un largo etcétera. Jose Carlos cruz ruinas 72En el recorrido por esta apocalíptica Andalucía hay algunos solares vacíos, en los que todavía se pueden ver carteles tirados que indican “maqueta en restauración”, que debieron ser colocados cuando Isla Mágica era la encargada de mantener esta atracción. Además, han desaparecido la decoración y otros elementos que acompañaban a los monumentos, como los aviones de los aeropuertos, coches, trenes y la multitud de figuras humanas, como los armaos de la Macarena o la Virgen del Rocío frente a su ermita, por ejemplo. Sorprende comprobar además cómo han llegado hasta alguna de las reproducciones restos de botellas, aunque es comprensible, si se tiene en cuenta que la calle José de Gálvez es zona de botellona en verano, ya que justo al lado de Andalucía de los Niños hay una discoteca al aire libre que tiene además acceso directo al parque. Jose Carlos cruz ruinas 25Los caminos del recinto tampoco se libran de la falta de conservación. Grietas y cables levantados ilustran a la perfección la ausencia total de vigilancia por parte de Hacienda. Esta situación general del parque es dantesca, aunque no es nueva para la Junta, que ha tenido conocimiento puntual en el último año del progresivo deterioro de este recinto por las denuncias de distintos colectivos y medios de comunicación. Pese a ello, la consejería que dirige Carmen Martínez Aguayo no ha tomado medidas en lo que a la conservación o vigilancia del parque se refiere, limitándose a repetir cada vez que se le preguntaba por este asunto que se están buscando alternativas para esta herencia de la Expo. Alternativas que, a la vista está, no incluían tareas de conservación de un patrimonio de todos los andaluces. Para conocer la dimensión de lo que significó este proyecto hace 25 años sólo hay que acudir al Archivo General de Andalucía, donde se guarda gran parte de la memoria documental de la Exposición Universal de 1992. Durante los preparativos para la participación de Andalucía en la muestra se planteó la conveniencia de dotar al pabellón de la comunidad de un elemento anexo y complementario, dedicado especialmente a los niños. Jose Carlos cruz ruinas 90 La iniciativa de este jardín en miniatura de 10.000 metros cuadrados, que costó más de 800 millones de pesetas de la época –4,8 millones de euros al cambio– partió del arquitecto sevillano Ignacio Aguilar, gran conocedor y enamorado de Andalucía, que tuvo la idea de enseñar la región como si de un juego se tratara. Su propuesta fue presentada en rueda de prensa en junio de 1990, adjudicándose los trabajos a la Unión Temporal de Empresas compuesta por Auxina, Exhibit y la Factoría Andaluza. Desde la gestación de esta idea se fueron realizando estudios y consultas a los responsables de instalaciones similares en diferentes países europeos, ya que la perdurabilidad en el tiempo, más allá de la Expo, y sus peculiares características de tipo cultural, histórico y pedagógico ofrecían interés no sólo a los niños, sino también a un amplio público adulto. Jose Carlos cruz ruinas 22Se realizaron visitas a parques existentes de estas características con importante atracción turística, tales como el Parque de Madurodam (La Haya), construido en 1952, así como el de Lugano (Suiza), inaugurado pocos años después. También fue visitado el Minieuropa, realizado en 1989 durante la Exposición Universal de Bruselas, y el de Window on China, inaugurado en 1984. El tratamiento de las 72 maquetas, fabricadas de manera artesanal, se basó en un estudiado diseño, una reproducción detallada y una imagen realista, sin caer en un excesivo folklorismo. Las reproducciones de los edificios, a escala 1:33, se realizó en materiales plásticos estables, adecuados al aire libre, tales como espumas rígidas de PVC y resinas sintéticas. Estaban provistos de un sistema de iluminación interna y de efectos de animación automáticos, que contribuían a dar la sensación de ciudad habitada. Las texturas y colores se basaron, más que en pinturas, en resinas mezcladas con todo tipo de materiales molidos al objeto de reducir, en lo posible, la degeneración cromática motivada por el alto índice de radiación solar a que estarían sometidas en Sevilla. Dada la complejidad del proyecto, el volumen de maquetas a construir y la premura de tiempo, fue preciso recurrir a maquetistas de otras regiones y del extranjero, tales como Inglaterra, Francia, Italia o Bélgica. Una vez concluidas, fueron implantadas in situ, dando forma definitiva al recinto. Jose Carlos cruz ruinas 91Además de las maquetas de edificios y espacios urbanos y naturales, el parque estuvo dotado de otro tipo de elementos y sistemas creadores de ambientes, como un circuito de ferrocarril en miniatura, con reproducciones de algunos de los trenes más identificables en la región, incluido el AVE. Para acentuar su carácter lúdico se distribuyeron adecuadamente en el recinto elementos móviles, como barcos, aviones, trenes, automóviles y otros mecanismos para dar una mayor sensación de realismo al conjunto. De la misma manera que el conjunto de maquetas mostraba la arquitectura e ingeniería andaluzas, la vegetación recogía la esencia botánica y paisajística de la tierra. La extensión y volumen de la vegetación se adaptó a la concepción de las maquetas. Se trataba de vegetación natural, integrada por bonsáis y pre-bonsáis de especies autóctonas andaluzas (encinas, el pinsapos, lentisco, sabina…). El 20 de septiembre de 2002 fue colocada una placa en homenaje a Ignacio Aguilar García, su autor (ya fallecido); a la Junta de Andalucía y a la ciudad de Sevilla, instituciones que, según reza el azulejo, “han sabido mantener este legado extraordinario”. Diez años después, no sólo habría que rehabilitar íntegramente Andalucía de los Niños para que pudiera volver a ser disfrutado por los andaluces, sino que también habría que reformar el contenido de esta placa, puesto que ni la Junta ni Sevilla han sabido, una vez más, conservar su privilegiado legado.

  • 1