La comunidad andaluza esconde 590 fosas comunes con represaliados de la Guerra Civil y la postguerra. Según informó ayer la consejera de Justicia, Begoña Álvarez, es el dato aproximado que arroja el mapa de fosas de Andalucía, un trabajo elaborado por asociaciones de familiares y universidades, con investigaciones de campo en todas las provincias andaluzas, y que se está terminando de ensamblar en su departamento. Este mes verá la luz el mapa completo; por ahora, dijo Álvarez, se están "homogeneizando los criterios, porque cada asociación y universidad ha empleado unos distintos" para elaborar los informes provinciales. El mapa de Sevilla, informan desde la consejería, es uno de los que más tarea tiene pendiente, aunque "prácticamente todo está terminado". Ahora el reto está en cerrar una cifra de muertos y en delimitar con exactitud dónde se hallan esos enterramientos para poder exhumar los restos.
La consejera -de visita en Córdoba, donde anunció que en 2011 todas las provincias contarán con forenses las 24 horas del día- valoró el trabajo del juez Baltasar Garzón en esta materia. "Espero que haya fundamentos jurídicos para abordar este tema, porque la ciudadanía ve que ha intentado trabajar en la recuperación de la memoria", dijo ante la acusación de prevaricación a la que se enfrenta.
